La Convivir del pasaje La Bastilla, es en la actualidad una casa de cobro o enlace en el centro de Medellín, es una de las 35 agrupaciones delincuenciales que hacen presencia en la comuna 10 de la ciudad y es considerada uno de los grupos más despiadados que operan en esta zona.
Su jefe es alias Julián, conocido también como el Pollo. Es un hombre trigueño de 1.80 m de estatura, con marcadas entradas en la frente. Amigos y enemigos comparan su figura con la del gallo Claudio, la caricatura de Warner. Sus hombres de confianza son alias David, Diélber, Juaco, Murrapo o el More, el Duende o Montañerito, Juancho, Andrés y Aretes, este último ordena los asesinatos de la zona. Su radio de acción incluye, además de La Bastilla, Palacé, el sector del Centro Comercial Ópera, sector Maracaibo, una parte de la avenida Oriental, la carrera Junín y alrededores de la Plaza Mayorista. Los cobros los realizan semanalmente en todos los locales comerciales y a los venteros informales que trabajan en la zona.
Análisisurbano.com indagó con varias personas del sector que se preguntan cómo es posible que este grupo criminal pueda estar operando tranquilamente a una cuadra y media del Comando de la Policía Metropolitana del Valle del Aburrá, Meval; no se hayan presentado capturas importantes y mucho menos se haya desmantelado la Convivir.
Según las versiones de las personas contactadas por Análisisurbano.com lo más grave es que “el Pollo y sus hombres hacen lo que les da la gana en ese lugar y la sensación que tenemos todos los que frecuentamos esa zona es que hay complacencia de las autoridades, ya que los policías que mandan para allá se mantienen conversando con todos ellos como si nada”.
Los trabajadores del sector —formales e informales—saben que la Convivir del Pollo roba, extorsiona, manda a matar a quien se le oponga, da golpizas sin motivo alguno y decide quién puede trabajar en la zona que está bajo su control. “Se pavonean como Pedro por su casa y están llenos de plata a costa de los que trabajamos de sol a sol”, comentó otra fuente consultada en el lugar.
El clamor general de la gente del pasaje La Bastilla y sus alrededores, es que por fin las autoridades presten atención a la situación y erradiquen definitivamente a estos “vacunadores chupasangre”, “Los tienen tan cerquita que parece inverosímil que no actúen seriamente contra ellos, merecemos estar tranquilos, es el mínimo derecho que tenemos quien trabajamos legalmente”, agregó el comerciante.
Análisisurbano.com le hace un respetuoso llamado al Brigadier General José Acevedo para que se ponga al frente de esta situación y les brinde legalidad y tranquilidad a los comerciantes de este sector.
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