Informe especial
(Tercera parte)
Redacción Análisis Urbano
En dos informes anteriores, Analisis Urbano denunció quienes serían los cabecillas de la estructura paramafiosa conocida como los Pachelly. Así mismo, en el segundo informe se dio a conocer un poco de su operar delictivo, específicamente las actividades y rutas que usan para financiar su actuar criminal, como es el tráfico de drogas, armas y la prostitución.
No obstante, en medio de la investigación, este medio también encontró que tres semanas antes de las elecciones, un cargamento de explosivos fue ingresado al sector Villa Linda, del municipio de Bello, con el cual se pretendía causar un impacto el día electoral.
Al parecer, el primer domingo de octubre de este año, un integrante de los Pachelly habría sido capturado por unos policías en algún punto de la calle 83B que pasa por Villa Linda. Supuestamente, el sujeto llevaba consigo un artefacto explosivo por lo cual fue detenido, pero la captura se habría manejado con cautela pues la orden sería que el evento no se hiciera público y mucho menos conocido por los medios de comunicación.
De acuerdo a las denuncias recibidas por Análisis Urbano, esta captura habría sido una falla de comunicación o un incidente no controlado, porque en la madrugada antes de la detención del sujeto, a Villa Linda habrían ingresado una cantidad indeterminada tanto de explosivos como de armas. Aunque no se pudo establecer el monto que los Pachelly ingresaron, sí se conoció que este tuvo que ser dividido y repartido en varias partes, y escondido en casas de propiedad de testaferros de los alias “Tocha”, “Pedro” o “Abelito”, y “Nelsón”; estos últimos posiblemente hermanos de Antonio Henao Acevedo, alias “Albert”, jefe de los Pachelly recluido en la Cárcel EL Pedregal.
El traslado, posiblemente, habría estado a cargo de alias “Popeye” –no el ex-sicario de Pablo Escobar-, un sujeto encargado del hurto de vehículos en el norte del Valle de Aburrá junto a alias “Cubano”, responsable de desguazar los autos. Popeye también tiene la función de trasportar armas y drogas en Villa Linda y Tierra Adentro y, al parecer, lo hace con su hijo, un joven que supuestamente se moviliza en una silla de ruedas y en un cuatrimotor, vehículos que también usarían para el trasporte de mercancía.
De acuerdo a algunos habitantes que padecen el control de este grupo criminal, y a diversas denuncias recogidas en los sectores Girasoles, Villa Linda y Pachelly -del municipio de Bello-, los explosivos serían utilizados para amedrentar y desestabilizar las elecciones.
Al parecer, Los Pachelly necesitaban mantener el panorama electoral tal y como venía siendo en los últimos cuatrienios, pues durante las últimas administraciones el territorio estuvo favorecido y más que apto para expandir su operar delictivo, dejando un panorama criminal que este medio ya reseñó en un artículo llamado El difícil reto de Bello, ciudad entre la legalidad y la ilegalidad.
Como se narró en ese texto, y de acuerdo a un informe realizado por la Corporación Nuevo Arcoíris en 2010, la creación de la Mesa de Trabajo por la Paz y la Convivencia de Bello -una de las primeras tareas hechas por la alcaldesa elegida en 2004-, a la que asistieron algunos de los jefes de las bandas del sector, como Jader Botero -alias ‘Gancho’- hoy desaparecido; y Evelio Restrepo, asesinado en 2009, permitió la repartija del municipio y consolidó el poder criminal en el municipio.
Este favorabilidad se vio cuestionada con el aumento de intención de voto hacia el candidato a la alcaldía que también punteaba las encuestas. Por lo que el temor a perder el poderío llevó a los criminales a difundir una especie de amenaza-rumor: Los puntos de votación ubicados en sectores de Bello donde el Centro Democrático e incluso el Partido Verde, tuvieran fuerza podrían ser víctimas de un atentado con explosivos.
El sitió desde donde se centró y se monitoreo la actividad electoral fue el mismo que los cabecillas Pachelly utilizan como oficina principal para su planificación criminal: una finca que pertenecería a Jáder Botero, alias “Gancho” –hoy desaparecido-, y que se ubicaría detrás del colegio León XIII.
Durante esta investigación, miembros de la comunidad que habita en Girasoles y en Villa Linda fueron amenazados. Los Pachelly les advirtieron que perderían todo, hasta la vida, si los delataban, ya que muchos de ellos fueron testigos del desplazamiento de armas y explosivos. Por tal razón, ahora claman urgente por una intervención de Estado para que los proteja.
Desde ya, culpan a la institución policial, a la Administración de Bello, y al gobierno nacional, por si le llega a ocurrir algo a cualquier habitante de estos territorios. Esta comunidad no quiere ser otra crónica de muertes anunciadas. Análisis Urbano les hace eco.