Redacción Analisisurbano.com
En el artículo Las noches tranquilas de Medellín, La agencia de prensa Análisis Urbano le hizo serios reparos al balance de seguridad presentando al periódico El Colombiano, por parte de la Policía Nacional, en cabeza del mayor general José Ángel Mendoza, comandante de la Regional n.° 6 y del brigadier general José Gerardo Acevedo, comandante de la Policía Metropolitana del Valle del Aburrá, publicado bajo el título Policía destaca aumento en un 10% en denuncias.
Muchas dudas dejó el balance, por ejemplo, en lo referente a la lucha contra las vacunas, la explotación sexual de menores, el pagadiario, el control territorial criminal, la connivencia de lo legal e ilegal, las apuestas ilegales, el tráfico de drogas, entre otros.
Pero, indudablemente, lo que dejó mayor suspicacia, preocupación y dudas fue lo referente al desmantelamiento de diez organizaciones delincuenciales y decenas de bandas; pareciera que todo apuntara a que las estructuras paramafiosas y sus más de quinientas bandas en el Valle del Aburrá, están diezmadas y acorraladas.
Dos temas dejaron dudas y son la muestra de que no todo lo dicho por los altos oficiales es cierto. Primero, La Loma San Cristóbal, allí mandan los Urabeños, que se disputan el control de tan importante corredor estratégico con facciones de la Oficina del Valle del Aburrá. Además de que en esa zona la palabra de la institucionalidad está empeñada dizque porque supuestamente le garantiza la seguridad a los desplazados intrwpbanos que retornaron con engaños a un lugar donde la falsa paz reina: la pacificación a sangre y fuego y el Pacto del Fusil.
Segundo —y más inverosímil—, es lo referente al sector La Capilla, un lugar pequeño en el que las estructuras paramafiosas y sus bandas han desatado una guerra por el control territorial y por ende el de sus finanzas criminales y corredores estratégicos. Literalmente, la institucionalidad está en jaque. ¿Cómo estará en el resto del Valle del Aburrá?
Y ahora resulta que no solo son esas dos zonas las que producen inseguridad. En ciertas zonas del municipio de Barbosa, Antioquia, la Policía tampoco se puede hacer inspección técnica a los cadáveres en las horas de la noche.
El 4 de noviembre, en el municipio de Barbosa, en la vereda Las Victorias, a las 8:00 p. m., fue ultimado por arma de fuego un hombre. Como debería ocurrir en estos casos, los encargados de hacer las inspecciones técnicas a los cadáveres habrían acudido a realizar las diligencias, extrañamente la Policía, al parecer, informa que no es posible atender el caso donde ocurrió el homicidio ya que en esa zona el orden público es complicado, o sea, es una zona de problemas, donde hace presencia la ilegalidad armada ya sea de Urabeños, Oficina o facciones disidentes, pues actualmente Barbosa se encuentra en medio de una guerra por el control territorial y sus corredores estratégicos. La inspección técnica al cadáver se pudo realizar el 5 de noviembre. En el boletín emitido hoy por la Policía aparece reseñado el homicidio de Juan Carlos Restrepo Oviedo, 29 años, por arma de fuego a las 7:10 a.m., como si se hubiera presentado en la mañana del 5 de noviembre, información que no concuerda con la recibida por Análisis Urbano.
Finalmente, si problemas como el de La Capilla en la comuna 16, el de La Loma en San Cristóbal y lo que ocurre en Barbosa no han podido ser controlados, ¿de qué seguridad habla la Policía? ¿Será que es necesario reconocer que el Pacto del Fusil existe y que también tiene fracturas?
Después de conocer estos graves hechos y de no haber presentado otros de igual o mayor gravedad, es claro que las dudas sobre la seguridad y la convivencia en el Valle del Aburrá, siguen aumentando… ¿Quién manda aquí?