Columna de opinión publicada en Contagio radio.
Luis Fernando Quijano – @FdoQuijano
5 Abr 2016
Terminó el segundo paro armado ordenado por la estructura paramilitar y mafiosa que tiene su epicentro en Antioquia y su bastión principal ubicado en la región de Urabá.
De forma adrede hoy no las llamaré Autodefensas Gaitanistas de Colombia, solidarizándome con la posición de la familia de Jorge Eliecer Gaitán, quienes ven cómo los paramilitares mancillan la figura de tan importante luchador colombiano, asesinado por la misma alianza legal e ilegal que fortalece al paramilitarismo que hoy usurpa su apellido. No obstante, son ellos quienes firman así y quienes deberían dar respuesta.
Tampoco los llamaré Urabeños por respetar a los habitantes de una hermosa tierra que bastante sangre ha derramado por intereses particulares que poco o nada piensan en su gente, y sólo les importa extraer sus riquezas y explotar su estratégica posición, como la construcción del puerto en Turbo lo demuestra.
Menos aún los denominaré banda criminal del Clan Usuga: considero que las bacrim no existen y no creo que una familia mafiosa este controlando uno o varios negocios criminales con poderío suficiente para poner en jaque al país. Esta denominación dada por el gobierno del presidente Santos es errónea, simplista y algo cínica; llamarlos Bacrim del Clan Usuga no borrará la existencia de una estructura paramilitar y mafiosa que, incluso, le hace paros armados, le envía emisarios, y le mandan cartas a La Habana para ser tenida en cuenta en la justicia transicional. Continuar leyendo aquí
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