Las torturas, que la mayoría de las veces terminan en decapitaciones, desmembramientos, asfixia mecánica, muerte por arma blanca, contundente o de fuego, son una realidad en Colombia. Se ha comprobado la existencia de las casas de pique en Buenaventura y las casas de tortura en el Medellín metropolitano. Ahora resulta que no es solo en estos lugares donde se aplica el instrumento de tortura y terror como método de control social, territorial y militar, importantes zonas del país han visto emerger restos de seres humanos, víctimas del desmembramiento.
Hoy, 15 de octubre, zonacero.com, el periodista Rafael Pabón publicó una extensa crónica titulada Cuerpos que gritan: medio siglo de desmembramientos en Colombia, donde muestra históricamente cómo desde la década de los 70 hasta la fecha no se ha dejado de presentar un año sin que ocurran desmembramientos o decapitaciones, Análisis urbano, considera que a esto se le debería anotar que no hay año desde esa misma década que no dejan de aparecer cuerpos embolsados, ya sean estos muertos por asfixia mecánica, arma contundente, blanca o de fuego.
Según la investigación realizada por el periodista, la lista de municipios en los que han aparecido cuerpos desmembrados es grande y se explaya por la geografía colombiana, cita, por ejemplo, a Fundación en el Magdalena, la región del Carmen de Bolívar e incluso Barranquilla, donde el jueves 14 se registró un caso de decapitación en el barrio La Luz.
Nuevamente queda abierto el debate público que podría parecer bizantino sobre si existen o no las casas de tortura, pique o del terror; lo claro es que ante tanta evidencia que arrojan más de 25 años de estar apareciendo cuerpos desmembrados o decapitados, solo en 23 años van 1.530 hallados, sin contar los que sufren asfixia mecánica u otro tipo de muerte, la mayoría víctimas de tortura.
Deberíamos pasar a la construcción de una política pública que dé las pautas para una estrategia integral de búsqueda de estos sitios y los autores materiales e intelectuales. Se podría iniciar conformando un bloque de búsqueda que esté dotado de la logística, los recursos humanos, tecnológicos y de inteligencia que de la mano de la ciudadanía ayuden a la erradicación de esta atroz práctica del terror.