- En los albergues de recuperación tienen enfermería, nutrición y orientación psicosocial.
- Entre enero de 2020 y julio de 2022, 443 integrantes de esta población recibieron diagnóstico positivo para tuberculosis.
Medellín, 12 de septiembre de 2022- Con el propósito de ofrecer un acompañamiento integral a la población habitante de calle, que requiere cuidado especial por enfermedad, la Alcaldía de Medellín dispone de dos albergues de recuperación para atender a 205 personas.
Entre enero de 2020 y julio de 2022, 443 habitantes de calle fueron diagnosticados con dicha patología. De ellos, 155 se recuperaron y tres fallecieron por otras causas. La Secretaría de Salud y unidades hospitalarias complementan el tratamiento con jornadas de tamizaje y prevención para la detección oportuna.
Los albergues están ubicados en las comunas Buenos Aires y La Candelaria (sector Prado Centro). Las personas llegan a estos lugares, luego de ser captadas, recibir sensibilización y derivación por parte del equipo de intervención del sistema Habitante de Calle o tras su identificación en una unidad hospitalaria. Los profesionales psicosociales los caracterizan e ingresan al componente.
Allí, 205 ciudadanos están clasificados como infectocontagiosos (con tuberculosis, VIH o COVID), oxígeno dependientes y con cuidados especiales por enfermedad o cirugía.
“Desde el acompañamiento que brindamos a la población con tuberculosis, buscamos que tengan una adherencia al tratamiento y que reciban una atención integral con nutrición, enfermería y apoyo psicosocial, que les permita una recuperación satisfactoria. Además, sensibilizamos a la población para disminuir los contagios y mejorar sus condiciones de vida”, afirmó el secretario de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, Santiago Preciado Gallego.
En la sede Buenos Aires hay personas con afecciones infectocontagiosas como tuberculosis, quienes ingresan al componente luego de ser evaluados médicamente en una unidad hospitalaria para iniciar el tratamiento.
La primera fase consta de un aislamiento por aerosol (el cual les impide el contacto con el exterior y deben tener medidas permanentes de bioseguridad). Allí deben estar en un cuarto con atención integral en enfermería, nutrición y acompañamiento psicosocial, para garantizar una adherencia al tratamiento y evitar los contagios.
Luego de superar la primera etapa, los ciudadanos se reintegran al diario vivir del albergue, reciben asistencia biopsicosocial, con alimentación, autocuidado, dormitorio, enfermería, nutrición, deportes, talleres ocupacionales y actividades lúdico pedagógicas.
“Cuando llegué al albergue, mi estado de salud era muy malo. Ahora, gracias al acompañamiento de los educadores y profesionales en enfermería, nutrición y actividades, he podido mejorar mi respiración y la parte pulmonar que era lo que más me afectaba. Ha sido un proceso satisfactorio que me permite continuar con salud y vida”, señaló Edwin Andrés Londoño, quien adelanta su tratamiento.
Generalmente, la permanencia varía de 3 a 9 meses, pero depende de cada condición de salud. Una vez terminan, se les invita a iniciar su resocialización, retornar a su red de apoyo o se les remite a unidades como el equipo de Personas Mayores para un acompañamiento de larga estancia.
Entre las estrategias de la Secretaría de Salud están las investigaciones epidemiológicas para detectar factores de riesgo y protección para orientar la prevención de nuevos casos. También se hacen tomas de baciloscopias en campo. Una vez se identifican los pacientes con síntomas respiratorios y expectoración de más de 15 días, se recoge esta muestra para analizar y confirmar o descartar.
Además, con las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) y las Entidades Administradoras de Planes de Beneficio (EAPB), se realizan visitas regulares y concertadas con los encargados del paciente con tuberculosis en las clínicas u hospitales, con el fin de darle una atención especializada. Esto incluye centros penitenciarios, componente de Habitante de Calle e IPS especializadas en atención de pacientes con VIH.
El Distrito cuenta con un sistema que ofrece acompañamiento a estas personas con atención básica, autocuidado, alimentación, dormitorios, asistencia a población con discapacidad crónica cognitiva y necesidades especiales y procesos de resocialización para construir un nuevo proyecto de vida.