Madrid, 6 octubre.– La Unión por el Mediterráneo (UpM) trabaja en tiempos de pandemia para proteger los avances en igualdad de género y no abandonar la lucha climática, con un renovado interés entre sus países miembros en impulsar la cooperación regional, según explicó su secretario general en una entrevista con Efe.
A punto de cumplirse el 25 aniversario del llamado Proceso de Barcelona, germen de la creación de la UpM, su secretario general, el egipcio Nasser Kamel, ve una mayor voluntad para «fortalecer y revitalizar el marco de cooperación» que ofrece la organización, formada por los 27 países de la UE y sus socios mediterráneos del sureste de Europa, norte de Africa y Oriente Medio.
«Lo que yo he notado en los últimos años, especialmente en el último, es que a causa de algunos de los complicados conflictos que estamos enfrentando en la región los países se han dado cuenta de que necesitamos fortalecer y revitalizar el marco de cooperación que tenemos», sostuvo Kamel, de visita en Madrid.
Kamel precisó que «España en primer plano» y otros países como Alemania, Francia, Marruecos o Egipto están volviendo a percatarse de que la UpM es «una caja de herramientas» que puede usarse para lidiar con la raíz de los conflictos que afectan a la región, entre ellos los de Siria, Libia y las tensiones con Turquía en el Mediterráneo oriental.
MÁS DESIGUALDAD
La pandemia de Covid-19 ha añadido «complicaciones a la foto de conjunto» de la región euromediterránea y «acentuado la desigualdad existente» entre países y dentro de ellos.
Y Kamel recordó que «la historia nos ha enseñado» que en tiempos de crisis las mujeres siempre están entre los colectivos más vulnerables.
Cada dos años la UpM organiza una conferencia de alto nivel sobre igualdad de género y la de este 2020, prevista para noviembre, estará centrada en el impacto de la Covid-19 sobre las niñas y mujeres de la región.
El liderazgo femenino en los sistemas de salud, su papel en la gestión de la pandemia a niveles locales y regionales, la lucha contra la violencia hacia las mujeres y el rol de los jóvenes en el combate a los estereotipos de género son algunos de los temas previstos en la agenda de la conferencia.
«Necesitamos proteger» los avances en igualdad de género y «no permitir que la crisis ponga en peligro lo conseguido», enfatizó el secretario general.
Por otro lado, Kamel indicó que la UpM está reforzando su intervención contra el cambio climático, pese a que la «falta de recursos» derivada de la pandemia va a afectar a su capacidad para «hacer más en términos de adaptación y mitigación».
«Lo que afrontamos a nivel mundial es un desafío climático, pero en el Mediterráneo es una emergencia climática», advirtió al referirse a las conclusiones «extremadamente preocupantes» de un informe elaborado por más de 80 científicos sobre el impacto del calentamiento global en la región.
Según ese informe, el área mediterránea se está calentando «un 20 % más rápido» que el resto del planeta, hasta ocho de sus ciudades estarán entre las 20 más afectadas del mundo por el cambio climático y el aumento en los niveles del mar puede ser de entre 20 y 60 centímetros en los próximos 30 a 50 años.
«Vamos a tocar en cada puerta y hablar con todos los países», de cara a una próxima reunión de los ministros del ramo en Egipto de la que debe salir un «plan claro» y el compromiso de ir unidos a la siguiente cumbre climática global para decir que el Mediterráneo «se toma con seriedad la adaptación y mitigación del cambio climático», anotó Kamel.
LAS «RAÍCES» DEL PROBLEMA MIGRATORIO
Destacó asimismo que la «gran emergencia climática» que vive el Sahel es una de las causas de los flujos migratorios irregulares hacia Europa, junto con conflictos regionales como el libio y el sirio.
Sin afrontar las «raíces» del problema migratorio en términos de desarrollo económico, clima, empleo e inversión en las regiones y países más empobrecidos, «esta cuestión estará con nosotros durante décadas», alertó Kamel.
A su juicio, 25 años después del Proceso de Barcelona, los «desafíos y oportunidades» de la región euromediterránea «son los mismos».
La inmigración «no ha sido un tema donde el norte y el sur tengan las mismas políticas o decidan realmente trabajar juntos», y la integración económica «no ha alcanzado todavía un nivel satisfactorio», argumentó sobre los retos pendientes.
Pero «tenemos un marco institucional fuerte donde 43 países están trabajando juntos en áreas como clima, energía, educación, liderazgo femenino y comercio», concluyó.
Por Miriam Burgués.
EFE