México, 14 octubre.– La pandemia de COVID-19 ha provocado una reducción de entre 50 % al 80 % en la atención y detección de otras enfermedades crónicas no transmisibles, advirtió este miércoles Rolf Hoenger, jefe para América Latina de la farmacéutica Roche.
«Los reportes internos que tenemos muestran, depende del país y depende de la enfermedad, entre el 50 % y hasta el 80 % de reducciones y ese 80 %, por ejemplo, son interrupciones de nuevas detecciones de cáncer de mama o de otros», expuso Hoenger.
El directivo participó en el panel «Una epidemia invisible: ¿El rápido aumento de las enfermedades no transmisibles está creando la próxima crisis sanitaria?» durante el Roche Press Day, un evento virtual que reúne a especialistas de toda América Latina.
La mayoría de expertos reconoció que Latinoamérica ha sido el área del mundo más golpeada por la COVID-19, que podría dejar más de 438.000 muertos en la región en 2020, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero también señalaron que la pandemia del nuevo coronavirus agrava otra epidemia silenciosa, la de enfermedades crónicas no transmisibles (ENT), que antes de la COVID-19 ya dejaban 2,5 millones de muertes en América Latina, según el Instituto para Métricas y Evaluación de Salud (IHME, en inglés).
El IHME ha reportado que tres de cada cuatro muertes en la región ocurren por enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y otras ENT, con base en los últimos datos disponibles, de 2017.
«No estamos atravesando únicamente por una pandemia, sino por esta sindemia, que combina la idea de sinergia y pandemia en una sola palabra», explicó Felicia Knaul, directora del Instituto para Estudio Avanzado de las Américas.
DESIGUALDAD Y ESCASEZ
Otro de los factores que agravan la situación es la brecha de atención médica de la región, expuso Germán Fajardo, director de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En América Latina, hay 2,3 médicos por cada 1.000 habitantes en promedio frente a la proporción de 3,7 que registra Europa, detalló el académico.
Además, señaló la disparidad entre los países de la misma región, con la tasa de 0,23 en Haití como la más baja y la de 8 en Cuba como la más alta, mientras que México tiene 2,1 doctores por cada 1.000 personas, por debajo del promedio regional.
El especialista también lamentó que el enfoque del sistema sanitario se concentre en dar atención reactiva en lugar de preventiva.
«¿Qué es lo que tenemos que hacer? Pues virar, cambiar, modificar esto hacia un sistema preventivo, hacia un sistema de promoción de la salud, hacia un sistema de atención primaria», sostuvo.
La pandemia, además, reta a un sistema de salud limitado como el de América Latina, por lo que deben tomarse decisiones sobre quiénes recibirán primero los tratamientos, como la vacuna, indicó Óscar Cabrera, director de la iniciativa Familias Saludables del O’Neill Institute for National and Global Health Law.
«Algo que sí va a ser importante que se vea es que tengamos una discusión honesta sobre priorización de recursos escasos porque va a haber acceso en algún a tratamiento, a vacuna, pero no habrá una distribución equitativa», reflexionó.
EFE