Sao Paulo, 15 octubre.– La electricidad acababa de llegar al municipio de Três Corações, en Minas Gerais, cuando el 23 de octubre de 1940 nació el primer hijo de Dondinho y Celeste. Le pusieron de nombre Edson, en homenaje al inventor Thomas Alva Edison. Después se convertiría en Pelé, el mejor jugador de todos los tiempos.
Esa y otras historias están recogidas en una muestra interactiva que abre sus puertas desde este jueves en el Museo del Fútbol de Sao Paulo, a los pies del mítico estadio Pacaembú, con motivo de los 80 años del «menino» negro que conquistó el mundo con su habilidad, su carisma y su trabajo en pro de la paz y la infancia.
La exposición hace un repaso a la biografía de Edson Arantes do Nascimento, desde sus orígenes humildes en los que empezó a trabajar siendo un crío malvendiendo cacahuetes y limpiando botas en una estación de tren, pasando por los 18 años que estuvo en el Santos y los tres mundiales que ganó con Brasil, hasta su retirada en 1977.
Una vida repleta de éxitos deportivos que consiguió romper con el racismo estructural de su país y sobrepasó las canchas de fútbol para transformarse en un fenómeno social mundial.
UNA MUESTRA PARA LAS NUEVAS GENERACIONES
Bajo la curaduría de Gringo Cardia, este viaje por la trayectoria del astro brasileño incluye 444 fotografías animadas, vídeos con sus mejores jugadas y testimonios de diversas personalidades, como el cantautor Chico Buarque, que explican a las nuevas generaciones por qué Pelé es el Rey del fútbol.
«La generación de nuestros abuelos vieron jugar a Pelé, mi generación vio a Pelé como figura mediática, apareciendo en programas, como gran ídolo, pero la generación más joven no le conoce tanto», explica a Efe Marilia Bonas, directora técnica del Museo de Fútbol.
Los más jóvenes son el público objetivo de esta muestra que ha optado por usar lenguajes innovadores, nuevas tecnologías y juegos interactivos para descubrir los secretos del campeón mundial en 1958, 1962 y 1970, a fin de mantener vivo su legado.
«La figura de Pelé habla mucho de la trayectoria de Brasil. Habla de la posición de ser jugador de fútbol y también de ser negro porque, a pesar del racismo, él es la gran figura de Brasil», destaca Bonas, delante de una figura enorme de Pelé que da la bienvenida a los visitantes.
Una de las instalaciones de la exposición más emotivas trae el testimonio de un joven Pelé, interpretado por un actor con la camiseta del Santos, que explica a otros niños cómo llegó a convertirse en una estrella mundial del fútbol.
A los pocos años de nacer, él y su familia se mudaron a la localidad de Bauru, en el interior de Sao Paulo. Su padre, Joao Ramos do Nascimento, más conocido como Dondinho, intentaba abrirse paso como jugador de fútbol y fichó por el Lusitana, actual Bauru Atlético Club (BAC).
Pelé absorbió esa pasión por el balompié desde la cuna y con apenas nueve años prometió a su padre que le traería una Copa del Mundo después de verle llorar desconsoladamente tras escuchar por la radio la final de 1950 entre Brasil y Uruguay, el «Maracanazo».
LOS PRIMEROS PASOS DE PELÉ
Empezó a despuntar en los equipos de la región y con 15 años hace las maletas para fichar por el Santos, donde conoció el mar por primera vez. Comenzaba la leyenda. Era 1956. Dos años después levantó su primer mundial en Suecia, el primero de la Canarinha, para cumplir la promesa que le hizo a su padre.
El mundo comenzó entonces a hablar de este joven de 17 años, negro, pobre, que se inventaba regates y pases imposibles y que marcaba goles antológicos con una facilidad pasmosa. Pelé acaparó las portadas de las más prestigiosas revistas especializadas y recibió ofertas de los grandes clubes europeos.
Pero decidió quedarse en Santos y convertir al equipo albinegro en una maquina de fútbol casi invencible que marcó una época en la década de los 60 y 70. Pelé lideró una generación de oro que completaron otros nombres como Dorval, Melgávio, Coutinho y Pepe, entre otros.
Para cuando se marchó del Santos, en 1974, ya era tricampeón mundial y toda una celebridad. Optó por finalizar su carrera en el Cosmos de Nueva York para llevar la semilla del ‘soccer’ a un país dominado por el baloncesto, el béisbol y el fútbol americano.
Fue el broche final a una carrera que terminó con 1.283 goles, según las cuentas del exdelantero, aunque también hay los que contabilizan 1.281 o 1.282. El número varía según la fuente.
Lo que no cambia es el hecho de que Pelé fue el artífice de que hoy Brasil sea conocido como «el país del fútbol». Un soñador que rompió fronteras en un contexto adverso y cuyo legado intenta mantener presente entre la generación de los Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.
Carlos Meneses Sánchez
EFE