Nashville (EE.UU.), 22 octubre.- El aspirante demócrata a la Presidencia de EE.UU., Joe Biden, consideró este jueves «ridículo que «una opción pública» en la atención sanitaria sea considerado como «plan socialista», como asegura el presidente, Donald Trump.
«Es ridículo, sabe, que el hecho de que haya una opción pública para que la gente pueda elegir, lo haga parecer como un plan socialista», señaló Biden durante el debate frente a Trump en Nashville (Tennessee) de cara a los comicios de noviembre.
Subrayó que «el terrible manejo» de la pandemia por parte de la Administración de Trump ha supuesto ya un coste para los estadounidenses y un «derroche económico»: «10 millones de personas han perdido sus seguros privados y (Trump) quiere arrebatar el ‘Obamacare’ a las 22 millones de personas que han estado bajo el ‘Obamacare’ y en torno a 110 millones de personas con enfermedades previas».
«Obamacare» es como se conoce el plan de seguro médico creado por la Administración Barack Obama (2009-2017) de la que Biden fue vicepresidente para incluir a personas con problemas de salud crónicos a los que las compañías aseguradoras o bien no cubren esas dolencias o cobran por ello unas tarifas desorbitadas.
Trump afirmó en el debate que le gustaría acabar con el «Obamacare» y si es reelegido lo sustituirá por «una nueva y bonita atención sanitaria».
Biden «quiere socializar la medicina, no es que él lo quiera , es su vicepresidenta (Kamala Harris), es decir, ella es más liberal que (el senador izquierdista) Bernie Sanders y lo quiere más que el propio Bernie Sanders, ustedes van a socializar la medicina.»
La reforma sanitaria de Obama, aprobada en 2010, fue rechazada desde el principio por la mayoría de los miembros del Partido Republicano, que han intentado derogarla por la vía judicial ante el Tribunal Supremo y también en el Congreso, donde hasta ahora todos los intentos han fracasado.
Desde que llegó a la Casa Blanca en 2017, Trump ha hecho todo lo posible para anular la reforma de Obama y, aunque no lo ha conseguido, sí que ha logrado debilitarla.
Su última oportunidad podría llegar el 10 de noviembre, después de las elecciones y cuando el Tribunal Supremo tiene previsto evaluar una denuncia que han interpuesto contra «Obamacare» una coalición de fiscales generales estatales del Partido Republicano con el apoyo del Gobierno de Trump.
Ese caso ha cobrado una mayor importancia debido a que, este sábado, Trump anunció la designación de la jueza conservadora Amy Coney Barrett para cubrir la vacante que dejó en el Tribunal Supremo la magistrada progresista Ruth Bader Ginsburg, fallecida el 18 de septiembre, que con toda probabilidad será confirmada para el puesto el próximo lunes en el Senado.