Roma, 16 diciembre.- Italia registró 17.572 nuevos contagios de coronavirus en las últimas veinticuatro horas, el mayor aumento de la semana pero gracias a un mayor número de pruebas, y confirmó 680 fallecimientos, según el boletín de hoy del Ministerio de Sanidad.
Este último aumento de las infecciones eleva a 1.888.144 el balance de personas que se han contagiado en el país desde que se desatara la pandemia, a mediados del pasado mes de febrero.
Se trata del peor dato de la semana, aunque en línea con la tendencia general de las últimas semanas, y coincide también con el elevado número de test diagnósticos realizados entre ayer y hoy, casi 200.000.
En Italia han muerto 66.537 personas por el SARS-CoV-2, las últimas 680 desde ayer, una cifra inferior a los 846 del día anterior, uno de los peores datos de toda la emergencia sanitaria.
Paralelamente sigue decreciendo la presión en los hospitales. De las 645.706 personas enfermas con la COVID-19 en estos momentos en Italia, la gran mayoría permanece en sus casas apenas sin síntomas y 29.823 están ingresadas, 522 menos que ayer martes.
Además 2.926 requieren cuidados intensivos, 77 menos que el día anterior.
La tasa de positivos sobre el total de pruebas realizadas es del 8,8 %, en ligera caída frente al 9 % de ayer.
La región que más preocupa a las autoridades sanitarias del país es Véneto (nordeste), con capital en Venecia, que acumula un cuarto del total de contagios, 3.817, así como 77 muertos en las últimas veinticuatro horas.
Su gobernador, Luca Zaia, de la ultraderechista Liga, ha pedido «restricciones a nivel nacional» en Navidad para evitar una tercera oleada en enero.
Y es que, con este escenario. el Gobierno italiano estudia ya medidas más restrictivas para las fechas más importantes de la Navidad, aunque el primer ministro, Giuseppe Conte, ha descartado un confinamiento total como el alemán.
Entretanto se espera la distribución de las primeras vacunas de Pfizer/BioNTech, una vez obtengan el parecer favorable algo más de 1,8 millones de dosis para arrancar la campaña de vacunación en enero a las «categorías prioritarias», es decir, personal sanitario y trabajadores de las residencias de ancianos.