Miami, 6 enero.- «Para mí esto es un golpe de Estado, no un robo de elecciones», dijo la cubana Mayda Saborit, una de la participantes en una caravana trumpista que recorrió este miércoles Miami-Dade, al hablar a Efe del resultado electoral de noviembre pasado, en el que el demócrata Joe Biden derrotó al presidente Donald Trump.
Al frente de la Torre de la Libertad, donde llegaron los primeros inmigrantes cubanos después del triunfo de la revolución en 1959, Saborit explicó el temor que siente por el Partido Demócrata durante la llamada «Segunda Caravana de la Victoria» de Trump.
Subrayó que los demócratas «adoctrinan en las escuelas a los estudiantes, los enseñan a odiar la bandera de los Estados Unidos, a odiarnos a nosotros por el color de la piel», en referencia al movimiento liberal Black Lives Matter (Las vidas negras importan).
«Conozco por experiencia lo que es un régimen autoritario, del cual tuve que huir», agregó la cubana, mientras sostenía a bandera de la campaña electoral de Trump-Pence 2020.
Inmigrantes de varios países latinoamericanos se sumaron desde varios puntos del condado a la caravana organizada por Cubanos por Trump, que comenzó en Doral, una ciudad aledaña a Miami con una gran población venezolana, para terminar en el barrio de la Pequeña Habana.
Ataviada con una malla, una capa y un sombrero con las estrellas, franjas y colores rojo, azul y blanco de la bandera estadounidense, la ecuatoriana Suzy Taylor dijo a Efe que la idea es «detener el robo» de las elecciones.
«DIVAS POR TRUMP»
«Estamos en contra del fraude y estamos esperando que nuestro presidente va a salir ganador», subrayó Taylor, que dijo ser parte de las «Divas por Trump».
Marcos Rodríguez, un ciudadano estadounidense nacido en Costa Rica, se unió a la manifestación porque quiere «luchar por este país», para que sea igual de «libre» que el centroamericano, y por el Partido Republicano, que «ha sido muy bueno».
La protesta se hizo eco de otra en Washington impulsada por el propio presidente Trump, que sigue aferrado al poder con el apoyo de algunos congresistas republicanos que se oponen a la certificación electoral que se lleva a cabo hoy en el Congreso, un procedimiento que siempre había sido rutinario.
«No cederemos nunca, nunca concederemos», dijo Trump a los miles de manifestantes congregados a las afueras de la Casa Blanca.
Con avisos en contra de la alcaldesa de Miami, la demócrata Daniela Levine Cava, a la que tildan de ser el «mal» y «comunista», e invocaciones a la «ley marcial» para anular las elecciones del pasado 3 de noviembre, varios vehículos partieron de la Torre de la Libertad, en el centro de Miami, para sumarse a más de un centenar que hizo parte de la caravana.
Reunidos después en el popular restaurante cubano Versalles, en la Pequeña Habana, los trumpistas gritaron «no al socialismo» al tiempo que rompieron papeles con las imágenes de burros, en rechazo a este símbolo del Partido Demócrata.
Desde antes de las elecciones, Trump ha denunciado sin pruebas la posibilidad de un fraude electoral, quejas que han tenido reveses en varias cortes judiciales e incluso en el Tribunal Supremo de Estados Unidos debido a la falta de evidencia.
El Congreso está reunido hoy para una sesión conjunta extraordinaria para confirmar la votación del Colegio Electoral, que ganó con 306 votos el demócrata Biden al presidente Trump, que obtuvo 232.
Trump, que tendrá que dejar el poder en dos semanas, ha presentado sin éxito varias demandas en estados claves para alegar que hubo fraude electoral en el voto por correo, que usaron millones de estadounidenses debido a la pandemia.