Guayaquil, 7 febrero.- Las colas de votantes en Guayaquil, la segunda ciudad de Ecuador, se proyectan a lo largo de cientos de metros en un voto con gran afluencia que se ve retrasado por las restricciones de la pandemia del coronavirus y la apertura tardía de urnas.
«Estoy aquí desde las seis de la mañana, quería votar pronto para evitar las aglomeraciones, pero al final no se pudo», dijo a Efe Mariana Cevallos, quien cerca de las siete y media aún hacía fila para ingresar a la Universidad Agraria, uno de los recintos más grandes del sur de Guayaquil.
Pero los retrasos denunciados desde distintos colegios de la ciudad superaban en algunos casos las tres horas, una circunstancia que las autoridades electorales esperaban resolver en el transcurso de la jornada.
APERTURA TARDIA DE COLEGIOS
Parte del retraso se debió a que muchas de las unidades educativas o facultades universitarias asignadas como recintos electorales en el llamado «Puerto Principal», no se abrieron a las 7.00 locales (12.00 GMT) sino una hora después, debido a la reiterada ausencia de los miembros de las mesas electorales.
Lo mismo sucedió en el colegio Vicente Rocafuerte, en el centro, y en el Simón Bolívar, en el norte, pero la imagen se repetía de colegio en colegio.
En uno de ellos, se apreciaba una cola de varias cuadras y un tráfico altamente inusual.
Lo que sí han pedido controlar en mayor medida las autoridades, aunque no en un 100 por cien, fue la presencia de vendedores informales que, debido a la pandemia, tenían prohibido instalarse en los exteriores de los colegios, como es tradición en este país.
En algunos lugares de la ciudad, los comerciantes habían alquilado patios delanteros de casas vecinas para instalar ahí sus productos alimenticios, y también sus máquinas de plastificación de certificados de votación.
Se trata de un documento que obtiene el votante tras ejercer el voto, obligatorio en el país, y que deben guardar para todo tipo de gestiones en el futuro ante las administraciones públicas.
LA ALCALDESA, UNA DE LAS PRIMERAS
Una de las primeras figuras políticas en sufragar fue la alcaldesa de la ciudad, Cynthia Viteri, quien instó a los guayaquileños a regresar a sus casas «de inmediato».
«No hay que quedarse en las calles comiendo ni paseando. Hay que ir recibir los resultados en sus casas», señaló la regidora de la que entre marzo y abril de 2020 fue el epicentro de la covid-19 en Ecuador y cuyas imágenes estuvieron en los titulares de todo el mundo por los cadáveres abandonados en sus calles.
Para estas elecciones, en la que los ecuatorianos eligen presidente, vicepresidente, 137 miembros de la Asamblea Nacional y cinco miembros del Parlamento Andino, la Alcaldía ha instalado tres grandes carpas con personal médico en la Universidad de Guayaquil, la Católica y la Agraria.
Además, agentes municipales controlaban los mercados y apoyaban a los policías en la tarea de dispersar aglomeraciones.
A media mañana también sufragó el exalcalde de Guayaquil y líder del Partido Social Cristiano (PSC), Jaime Nebot, quien llegó sólo para «demostrar que se puede venir a votar en orden y sin ningún peligro».
Nebot, un histórico político de la ciudad que avala en esta ocasión la candidatura del centroderechista Guillermo Lasso, tampoco avisó a los medios de comunicación.
«No he hecho lo que en otras ocasiones. No hay amigos, no hay partidarios, aquí se debe actuar en solitario. No se puede dejar en manos de otros el destino del país», señaló el veterano político a la salida.
LASSO ESPERA SEGUNDA VUELTA
El dirigente político, que el año pasado desistió de aspirar a la Presidencia, aseguró que Lasso «tiene la capacidad y la experiencia para llevar al país por el camino de la prosperidad y alejarlo de la pobreza en el que se encuentra inmerso».
También indicó que, aunque no se puede dar números ni resultados de sondeos, sus «datos y controles internos» les demuestran que habrá segunda vuelta y que «Lasso está en ella».
Por su parte, su «protegido político» acudió a votar junto a su familia y principales postulantes a la Asamblea por el partido CREO.
«El bastión es el Ecuador entero, y la clave es el cambio. Todos los ecuatorianos quieren el cambio. La campaña para la segunda vuelta acaba de iniciar hoy», recalcó antes siquiera de que se conozcan los sondeos a pie de urna.
A lo largo de la mañana también votaron en Guayaquil los otros candidatos presidenciales empadronados en esa ciudad, como Carlos Sagnay e Isidro Romero, este último, el candidato que en uno de los debates prometió emborracharse el primer día que estuviera en el Palacio de Carondelet, sede de la presidencia.
Cristina Bazán