Lima, 8 febrero.- Un proyecto de ley para prohibir las denominadas «terapias de conversión» fue presentado este lunes en el Congreso de Perú, país donde un estudio reveló que casi el 40 % de la población LGTBQ (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales y queers) ha sido sometido a este tipo de prácticas.
La iniciativa legislativa, llamada «Ley que prohíbe los esfuerzos que pretendan cambiar la orientación sexual, identidad de género, expresión de genero o que atenten contra la libre autodeterminación de las personas», está promovida por el congresista Alberto De Belaunde, del liberal y centrista Partido Morado.
Durante todo el texto no figura el término de «terapias de conversión» porque «tiene que quedar absolutamente claro desde el primer momento que no son terapias», enfatizó De Belaunde, en conferencia de prensa virtual.
«Las terapias buscan ayudar a las personas a que se sientan mejor a partir de conocimientos médicos o científicos. En estas prácticas no hay nada médico ni científico ni se busca que las personas se sientan mejor. Sólo buscan cambiarlas en base a los prejuicios y a la discriminación que existen en nuestra sociedad», añadió.
Por eso el proyecto de ley sólo contempla las «terapias afirmativas», aquellas que, en palabras del congresista, «haga a las personas sentirse cómodos como son, desarrollar su autoestima y amor propio».
NO SON ENFERMEDADES
El parlamentario incidió en que «está demostrado científicamente que las personas no pueden cambiar su orientación sexual o identidad de género y que estas prácticas que intentan cambiarlas generan graves daños para la salud mental a largo plazo».
«Hay personas que piensan que son enfermedades y que tienen que ser curadas, cuando el consenso científico ya hace varios años que descartó esa posibilidad. Es un tema zanjado», sentenció De Belaunde.
«Hay ideas que todavía tienen que ser desterradas y esto es una oportunidad para ello», continuó.
Los únicos datos con los que se cuenta sobre esta situación son de una encuesta de salud mental en la población LGTBQ realizada en 2019 por la organización Más Igualdad a 323 personas.
PRACTICADAS POR PSICÓLOGOS E IGLESIAS
Ese estudio no solo reveló que el 40 % de los encuestados había sido sometido a estas «terapias de conversión» sino que el 62 % de los «pacientes» de estas prácticas eran menores de edad en el momento que fueron sometidos a ellas.
Sin embargo, uno de los datos más relevantes del estudio es que en el 45 % de los casos este tipo de prácticas estaban a cargo de un profesional de la salud, en su mayoría de un psicólogo.
«Existe la percepción de que estas prácticas se dan en entornos religiosos de distintos credos, pero esto rompe con ello y requiere una actitud muy firme del Ministerio de Salud y de las facultades de Psicología», apuntó De Belaunde.
«El tema tiene un barniz pseudocientífico que complica mucho más el abordaje de una persona vulnerable frente a un mal profesional que ofrece este tipo de servicios», agregó.
INICIATIVA INSPIRADA EN PAÍSES VECINOS
Así, el proyecto de ley no sólo contempla modificar las leyes generales de salud y de salud mental para prohibir este tipo de prácticas sino también cambiar el código de protección al consumidor para que el organismo competente a nivel nacional pueda sancionar a quienes ofrezcan esos tipos de servicios.
Sobre las iglesias que también buscan cambiar la orientación sexual o la identidad de género, De Belaunde apuntó que estos centros religiosos «no deberían ampararse en la libertad religiosa».
El proyecto de ley se ha inspirado en legislaciones similares ya existentes en algunos países de Latinoamérica como Argentina, Uruguay, Ecuador y México.
También en un informe elaborado para Naciones Unidas por el experto independiente Víctor Madrigal, en el cual concluyó que dichas prácticas «son por su propia naturaleza, crueles, inhumanas y degradantes y entrañan un riesgo considerable de tortura».