Sevilla, 8 febrero.- La lesión del argentino Lucas Ocampos, la fuerza bruta y la potencia natural en el esquema ofensivo del Sevilla, supone una baja crucial y de gran peso en el equipo de Julen Lopetegui y le llega en el peor momento, en medio de duelos decisivos como las semifinales de la Copa del Rey o los octavos de la Liga de Campeones.
El internacional con Argentina es una pieza clave y un paradigma de la ambición que destilan los sevillistas, distanciados del Atlético de Madrid, líder de LaLiga, pero que mantienen con solidez su cuarta plaza a un solo punto de dos colosos como Barcelona y Real Madrid, con lo que su ausencia es un contratiempo de grandes dimensiones.
Las últimas pruebas realizadas al extremo de Quilmes, una vez trasladado el pasado sábado desde el campo a una clínica sevillana para una primera exploración tras la dura entrada del togolés del Getafe Djené Dakonam, han revelado que sufre un «esguince grado II de la sindesmosis anterior y del ligamento peroneo calcáneo del tobillo izquierdo».
Se temía una lesión más grave, aunque ésta también es de alcance y le mantendrá varias semanas en el dique seco, justo en una fase en la que el Sevilla se está jugando algunos de sus objetivos clave: acceder a una nueva final de la Copa del Rey, para lo que deberá superar a un renacido Barcelona, o pasar los octavos de la Champions ante otro poderoso como el Borussia Dortmund alemán.
El infortunio sufrido por Ocampos desembocó en una trifulca que aún colea entre Lopetegui y su homólogo en el blanquillo del Getafe, José Bordalás, a pesar de que ambos, igual que Djené, fueron expulsados y de que el técnico vasco pidió disculpas tras el partido por su comportamiento, derivado de la impotencia de ver destrozado y llorando a su jugador.
Aunque no se ha hecho públicamente una estimación del tiempo que podría estar de baja, el internacional con la Albiceleste, un auténtico torbellino en el entramado ofensivo del equipo del barrio de Nervión, podría tener que ver desde la grada del desierto Ramón Sánchez-Pizjuán, por mor de la pandemia, varios partidos clave para su equipo.
Parece claro que el extremo, un ‘purasangre’ argentino por su forma de jugar, su compromiso y su enorme carácter competitivo, amén de por su calidad innata con la pelota, se perderá al menos los seis o siete encuentros que el Sevilla afronta en el próximo mes, empezando por la ida de la semifinal contra el Barça de este miércoles.
Además, es casi seguro que se perderá el partido liguero del próximo sábado ante el Huesca, la ida de los octavos de la Liga de Campeones contra el Dortmund, también en el Sánchez-Pizjuán, y los de Liga frente a Osasuna (22 de febrero) y Barcelona (día 27), la vuelta de Copa ante los culés (3 de marzo) y posiblemente el aplazado ante el Elche (día 7).
En el Sevilla cruzan los dedos para que, teniendo en cuenta la fortaleza y capacidad de recuperación de Lucas Ocampos, pueda acortar los plazos y pudiera estar ya disponible para la vuelta de la Champions ante el Dortmund alemán, el 9 de marzo, o bien para el siguiente de Liga, nada más y nada menos que el derbi contra el Betis en Nervión, que será entre semana (16-17-18 de marzo).
Lucas Adrián Ocampos, de 26 años, firmó en el verano de 2019 un contrato por cinco campañas, hasta junio de 2024, con el Sevilla como una de las apuestas de su director deportivo, Ramón Rodríguez ‘Monchi’, y se ha aclimatado a su nuevo destino europeo, en una liga tan exigente como la española, casi a la velocidad de la luz.
El extremo formado en el River Plate, por quien el Sevilla abonó unos quince millones de euros al Olympique de Marsella francés, se destapó la pasada temporada como goleador al convertirse en el máximo artillero sevillista con 17 tantos (14 en Liga, 1 en la Liga Europa conquistada el pasado verano ante el Inter y 2 en Copa), además de dar 5 pases de gol.
En la presente, a pesar de que ha tardado en ver puerta y de que eso le generó cierta ansiedad, lleva siete dianas en 31 partidos (4 en Liga, más 4 asistencias; 2 en Copa y 1 en la Supercopa de Europa que el Sevilla perdió en la prórroga frente al Bayern de Múnich), unas cifras que dejan claro que el argentino es determinante y que su equipo le echará bastante de menos en las próximas semanas.
Curri Carrillo