Sídney (Australia), 9 feb – El gobierno de Nueva Zelanda anunció este martes la suspensión de toda relación política y militar de alto nivel con Birmania a raíz del golpe de Estado perpetrado el lunes por el Ejército.
La primera ministra, Jacinda Ardern, anunció en rueda de prensa los cambios fundamentales en la relación entre ambos países, que incluye la prohibición de entrada en el país oceánico a los mandos militares birmanos, entre otras.
La medida fue adelantada por la ministra de Exteriores, Nanaia Mahuta, quien indicó que los programas de ayuda de Nueva Zelanda a Birmania no incluirán proyectos manejados o que beneficien de alguna manera a los militares.
«No reconocemos la legitimidad del gobierno militar (de Birmania). Reclamamos la inmediata liberación de todos los líderes políticos detenidos y restablezcan el gobierno civil», apuntó la canciller.
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas celebrará este viernes una sesión especial para abordar la situación de Birmania, a petición de Reino Unido y la Unión Europea, y apoyada por al menos 47 países.
«Se debe respetar el estado de derecho y la voluntad democrática del pueblo de Birmania», remarcó en un comunicado Mahuta al condenar la toma del poder perpetrada el lunes por el Ejército, encabezado por el general Min Aung Hlaing.
La junta militar de Birmania impuso el lunes la ley marcial en varias ciudades del país y distritos de Rangún, la antigua capital y ciudad más poblada, para frenar las manifestaciones multitudinarias en rechazo a la asonada que se producen desde el sábado.
La medida prohíbe las reuniones de más de cinco personas e impone un toque de queda nocturno, entre otras, mientras este martes la policía comenzó a desplegar controles en varios puntos de la antigua capital para impedir las protestas.
En su primer discurso a la nación, Min Aung Hlaing justificó el golpe de Estado militar por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, donde arrasó la Liga Nacional para la Democracia (LND), encabezada por la depuesta líder democrática y nobel de la paz Aung San Suu Kyi.
Desde la asonada al menos 170 personas han sido detenidas, entre ellos Suu Kyi y numerosos miembros destacados de la LND, en el poder político desde 2016.
La primera ministra, Jacinda Ardern, anunció en rueda de prensa los cambios fundamentales en la relación entre ambos países, que incluye la prohibición de entrada en el país oceánico a los mandos militares birmanos, entre otras.
La medida fue adelantada por la ministra de Exteriores, Nanaia Mahuta, quien indicó que los programas de ayuda de Nueva Zelanda a Birmania no incluirán proyectos manejados o que beneficien de alguna manera a los militares.
«No reconocemos la legitimidad del gobierno militar (de Birmania). Reclamamos la inmediata liberación de todos los líderes políticos detenidos y restablezcan el gobierno civil», apuntó la canciller.
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas celebrará este viernes una sesión especial para abordar la situación de Birmania, a petición de Reino Unido y la Unión Europea, y apoyada por al menos 47 países.
«Se debe respetar el estado de derecho y la voluntad democrática del pueblo de Birmania», remarcó en un comunicado Mahuta al condenar la toma del poder perpetrada el lunes por el Ejército, encabezado por el general Min Aung Hlaing.
La junta militar de Birmania impuso el lunes la ley marcial en varias ciudades del país y distritos de Rangún, la antigua capital y ciudad más poblada, para frenar las manifestaciones multitudinarias en rechazo a la asonada que se producen desde el sábado.
La medida prohíbe las reuniones de más de cinco personas e impone un toque de queda nocturno, entre otras, mientras este martes la policía comenzó a desplegar controles en varios puntos de la antigua capital para impedir las protestas.
En su primer discurso a la nación, Min Aung Hlaing justificó el golpe de Estado militar por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, donde arrasó la Liga Nacional para la Democracia (LND), encabezada por la depuesta líder democrática y nobel de la paz Aung San Suu Kyi.
Desde la asonada al menos 170 personas han sido detenidas, entre ellos Suu Kyi y numerosos miembros destacados de la LND, en el poder político desde 2016.