Bogotá, 15 febrero.- Miles de estudiantes de escuelas públicas de Bogotá comenzaron este lunes a volver a clases presenciales, en un modelo combinado con las lecciones virtuales, lo que coincide con la bajada de las cifras de contagios y de muertes por la covid-19 en Colombia.
«Me gusta más la clase presencial porque los niños entienden más al profesor presencialmente que por medio del computador», dijo a Efe Leydi Joya, madre de tres niños cuyas edades están entre los 6 y los 11 años, y que volvieron hoy a clase.
El regreso a clases de sus hijos le permitirá también a ella regresar al trabajo y con ello aliviar los gastos que tiene la familia como el pago del arriendo, los servicios públicos y otros que no «dan espera».
Bogotá, que concentra el mayor número de estudiantes del país por ser la ciudad de mayor población, autorizó el regreso a clases en alternancia de 134 colegios pero este lunes comenzaron solo 8 de ellos. En los próximos días se sumarán los otros.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, recibió esta mañana a niños de prejardín, jardín y transición en el colegio José Félix Restrepo, en el sur de la capital colombiana.
MAESTROS Y PADRES DICEN QUE NO ESTÁN DADAS LAS CONDICIONES
Para Bogotá, según sostiene la Alcaldía, regresar a las aulas es una decisión necesaria para mitigar los impactos de la pandemia en la salud emocional, el desarrollo físico y académico e incluso en la seguridad de los niños y los jóvenes.
Sin embargo, el presidente de la Confederación Nacional de Asociaciones de Padres de Familia, Carlos Ballesteros, aseguró a Efe que no es el momento de regresar a las aulas porque no hay condiciones bioseguras para los maestros y los alumnos.
«No hay baterías sanitarias en muchos colegios, no hay lavamanos, no hay salas de enfermería, no hay insumos», resumió Ballesteros, quien se ha contagiado dos veces de covid-19.
Por su lado, Julián de Zubiría, experto en temas educativos, consideró que el regreso a clases en alternancia «será un éxito si lo hacemos de manera gradual, progresiva y segura, pero sería un gran fracaso si priman criterios políticos y no técnicos y si no nos cuidamos entre todos».
La reapertura y el regreso a las aulas «es necesaria y muy conveniente para los niños menores, pero equivocado para los jóvenes y adolescentes. Los niños menores de 11 años lo necesitan para ampliar su actividad física y sus interacciones sociales», aseveró.
También, según el experto, lo necesitan sus madres para retornar a sus trabajos y recuerda que una de cada tres mujeres han perdido sus empleos durante la pandemia y en parte esto tiene que ver con los jardines infantiles cerrados.
En Colombia hay 13 millones de estudiantes en los diferentes niveles educativos y «no todos deben volver ya», alegó el experto, que es partidario de un retorno por fases y garantizando gradualidad y seguridad.
El secretario de Calidad y Pertinencia de la Secretaría de Educación de Bogotá, Mauricio Castillo, explicó a Efe que la capital tiene 400 colegios públicos y se espera que al final de abril estén todos en alternancia.
Detalló que, por ejemplo, en el colegio Cafam-Bellavista, de la localidad de Bosa, en el sur de Bogotá, de los 2.800 alumnos hoy regresaron a clases presenciales 150. En cada aula hay máximo 14 estudiantes que, de acuerdo a su grado, entraron por puertas diferentes.
MEJOR LO PRESENCIAL
Los padres que acompañaron hoy el regreso de sus hijos a los colegios defendieron la medida porque consideran que esa modalidad beneficia a los alumnos.
Además, como en el caso de Joya eso le permitirá regresar a su trabajo porque antes lo hacía por ratos debido a que le tocaba dedicar gran parte del día a apoyar a sus hijos en la virtualidad.
«En mi caso tengo tres niños y solo tengo un celular, entonces me tocaba por turnos, por esa razón tomé la decisión de traerlos», dijo la mujer a Efe.
Ella trabaja en un pequeño taller de costura y recuerda que los gastos en servicio públicos y en internet se han disparado, por lo que necesita urgentemente regresar a trabajar.
Muchos hogares no cuentan con computadores o tabletas, y miles de niños han seguido las clases durante la pandemia desde el celular de sus padres, a pesar de las promesas de la Alcaldía de suministrar tabletas.