Lima, 2 mar – Ana Estrada vio este martes su camino definitivamente despejado para ser la primera persona en Perú en acceder a la eutanasia después de que el Gobierno y el Seguro Social de Salud (EsSalud) anunciasen que acatan la histórica sentencia que les ordena atender la solicitud de la paciente.
Ni EsSalud ni los ministerios de Salud y de Justicia, los tres demandados en este caso, apelarán el fallo sin precedentes emitido el pasado jueves, pese a que inicialmente se habían opuesto a la demanda de Estrada bajo el argumento de que la eutanasia debía regularse por una ley dictada por el Congreso.
«Soy libre. Mi lucha siempre fue la defensa por el derecho a elegir. Hoy lo he conseguido gracias a las personas que difundieron mi voz: aquellas que se tomaron el tiempo para leerme y comprender desde enero de 2019», escribió Estrada en la red social Twitter.
Estrada, de 44 años, fue diagnosticada a los 12 años de polimiositis, una enfermedad degenerativa e incurable que debilita sus músculos y que actualmente la mantiene postrada en su cama la mayor parte del tiempo.
Desde hace más de cuatro años tiene una traqueotomía, tras una crisis de su enfermedad que la mantuvo varios meses en un hospital, por lo que debe respirar por la garganta a través de un ventilador mecánico, lo que le impide hablar durante buena parte del día.
«He luchado por recuperar mi tiempo y decisiones sobre mi vida y mi cuerpo. Hoy me han concedido el derecho a elegir cuándo morir. Los que no entienden esto, jamás lo entenderán y no querrán entender», añadió Estrada, admiradora de Ramón Sampedro, el primero en solicitar la legalización de la eutanasia en España.
PUERTA ABIERTA PARA OTROS CASOS
La promotora de la eutanasia en Perú deseó que su caso sirva para empezar a respetar las diferencias y «para defender todos los derechos humanos que necesitan ser escuchados y atendidos».
«Que seamos un país más justo e igualitario. Hoy celebro la no apelación de las procuradurías (abogacías del Estado). Esto es trascendental para muchos casos en adelante», apuntó Estrada, cuya demanda fue apoyada ante la Justicia peruana por la Defensoría del Pueblo.
El fallo dictado por el juez José Luis Ramírez, titular del Undécimo Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima, despenalizó la eutanasia exclusivamente para el caso de Estrada, que en Perú está castigada con hasta tres años de prisión.
RUTA MARCADA POR EL JUEZ
Asimismo, estableció una serie de plazos para que tanto EsSalud como el Ministerio de Salud elaboren distintas comisiones encargadas del protocolo que se seguirá para atender y aplicar la eutanasia en el caso que sea solicitada expresamente por Estrada.
Una vez que estén listos, EsSalud tendrá un plazo de diez días para atender el pedido de Estrada si finalmente ella decide poner fin a su vida por medio de especialistas al considerar que la enfermedad la lleva a una vida indigna, humillante e intolerable física y psicológicamente.
En todas las comisiones que se formen en este proceso se guardará el secreto sobre los médicos que las integran, quienes además tendrán derecho a la objeción de conciencia.
«UN PESO QUITADO DE ENCIMA»
«Siento que me he quitado un peso de encima», dijo Estrada en declaraciones a Efe tras haber visto cumplido su deseo de tener una muerte digna, lo que implica la libertad de decidir si ha llegado el momento de morir por medio de la eutanasia.
Antes de que el Gobierno anunciase que no apelará el fallo, tanto el presidente interino de Perú, Francisco Sagasti, como la primera ministra, Violeta Bermúdez, se habían mostrado respetuosos con la sentencia y con la solicitud de Estrada.
LA RELIGIÓN APARTE, DICE PRESIDENTE
Sagasti aseguró el domingo en una entrevista con el programa Cuarto Poder que «lo que ha obtenido Ana Estrada es una victoria acerca de una decisión, pero no sabemos si va a tomar una decisión o no».
«Lo que se ha visto en muchos otros casos en el mundo es que, como en Holanda y Suiza, hay la posibilidad de la eutanasia, pero muchas personas en último momento deciden no hacerlo», explicó.
El gobernante enfatizó que «como Estado» se tiene «el mandato el cumplir con todas las leyes, de respetar las decisiones judiciales, y en este caso habrá que respetar la decisión» que tendrían «que tomar en los próximos días».
Sagasti también consideró que la eutanasia es un asunto que debe quedar limpio de cualquier juicio religioso porque «ninguna confesión de fe tendría el derecho de imponerle a otras personas su punto de vista particular».
PROYECTO DE LEY EN MARCHA
Inspirado en el caso de Ana Estrada también se presentó recientemente un proyecto de ley para legalizar la eutanasia y regular la muerte digna en Perú.
De momento, la eutanasia solo es plenamente legal en seis países en el mundo (Bélgica, Canadá, Colombia, España, Holanda y Luxemburgo), mientras que Chile está pendiente de refrendar una ley que lo convertiría en el séptimo del mundo y el segundo de Latinoamérica.