La Paz, 14 mar – Las «cebras» bolivianas, las queridas educadoras viales, volvieron a las calles de La Paz saltando, bailando y mostrando mensajes de apoyo emocional para reencontrarse con los paceños y transmitirles energía positiva en los «consultorios de paz» para superar los difíciles tiempos que deja la pandemia.
El «espíritu cebra» volvió a las calles de La Paz a través de medio centenar de educadores viales que pasean por distintos barrios paceños mostrando carteles de apoyo emocional, eso sí, las «cebritas» también dan el ejemplo y salen con barbijos.
Algunos de los mensajes señalan la importancia de mantener la fe o el buen humor, como también el amor y el respeto por la ciudad; otros carteles transmiten el apoyo emocional que muchos necesitan en esta pandemia para que recuerden que no están solos y que cuentan con las divertidas «cebras».
«La finalidad de estas actividades es brindar un mensaje a la población de resiliencia, es decir de reconocer nuestras habilidades para poder pedir ayuda al otro y conectarse con la otra persona», explicó a Efe la jefa de la unidad de educadores urbanos, Carolina Ruiz.
Es por ello que las «cebras» aprendieron una coreografía con la canción Jerusalema, que se ha hecho viral en varias plataformas como TikTok para apoderarse de las calles y enseñarles los pasos a las personas que quieran seguir esta tendencia.
Las simpáticas educadoras viales, que ya son un símbolo de la ciudad de La Paz y que han sido reconocidas internacionalmente por su simpatía y picardía para sacar sonrisas, también regalan grullas hechas en papel, símbolos de la suerte y de la paz.
Otras regalan corazones de papel en especial a los más pequeños que son los más emocionados de volver a ver o saludar a una de las «cebras» que «contagian» energía positiva.
LOS CONSULTORIOS DE PAZ
Las «cebras» volvieron no solamente para cumplir su rol de educadoras viales en las esquinas de la ciudad, sino también para ayudar a la contención emocional de los ciudadanos, es así que todas estas actividades se complementan con los denominados «consultorios de paz».
Estos consultorios son carpas que están distribuidas por distintos barrios de la ciudad para crear «espacios seguros» de «escucha activa» donde los ciudadanos pueden ingresar para hablar sobre sus emociones, sus sentimientos y desahogarse con especialistas que están para darles contención emocional.
«Las personas que visiten los consultorios de paz van a encontrar un espacio exclusivo para expresar lo que han vivido en este tiempo de pandemia, en este tiempo de covid», acotó Ruiz.
Es así que varios transeúntes hacen una pausa a su rutina y sus quehaceres cotidianos para entrar a estos consultorios y contarles al personal especializado cómo se han sentido en el tiempo de cuarentena o algunas experiencias personales que atravesaron en este tiempo.
Algunos les cuentan que pasan por episodios de constante estrés por el trabajo, las preocupaciones, el encierro, la constante alerta al contagio, otros también señalan que la pandemia les trajo ansiedad e incluso depresión por la muerte de algún familiar o por la constante sensación de incertidumbre.
Bolivia reporta 258.324 casos confirmados de covid-19 y 11.930 decesos desde el primer caso reportado en el país en marzo del año pasado.
Las «cebras» tienen una década en las calles de La Paz, programa que también se ha replicado en otras regiones del país, en 2015 fueron declaradas como Patrimonio Cultural Inmaterial del municipio paceño y un año después recibieron el premio a la innovación urbana en China.
Yolanda Salazar