Naciones Unidas, 16 marzo.- El enviado especial de Naciones Unidas para Yemen, Martin Griffiths, aseguró este martes ante el Consejo de Seguridad que el país árabe se enfrenta un «deterioro dramático» de la guerra y que es urgente un alto el fuego y la apertura de un proceso de negociación que ponga fin al conflicto y a la mayor crisis humanitaria del planeta.
«Por desgracia tengo que volver a informar al Consejo de nuevo de un deterioro del conflicto en Yemen. Esta vez es un deterioro dramático», señaló el enviado, que volvió a pedir el fin de la ofensiva sobre Marib por parte de las milicias hutíes y que subrayó la importancia de que se abra el puerto de Al Hudeida, en el Mar Rojo.
Tanto Griffiths como el reponsable de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Mark Lowcock, coincidieron en la urgencia de acordar un alto el fuego inmediato en Yemen a nivel nacional e iniciar un proceso político a la par que se hace frente a la hambruna con la distribución equitativa de la ayuda humanitaria.
«La guerra está en plena fuerza», aseguró Griffiths, quien condenó la muerte de medio centenar de inmigrantes etíopes en un incendió de un centro de detención en Saná después de que los hutíes supuestamente lanzasen un explosivo contra el edificio.
«Los que están pagando por este conflicto son la población civil (…) Tenemos que parar la hambruna y tenemos que iniciar un proceso de negociación y alto el fuego a nivel nacional», urgió Lowcock en esta reunión virtual del Consejo de Seguridad presidida por la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield.
Griffiths volvió a insistir en la necesidad de iniciar un proceso político de reconciliación en Yemen sin condiciones con el fin de evitar la hambruna como la principal prioridad.
«Cada vez hay más niños empujados a la guerra y privados de su futuro», lamentó el enviado de la ONU.
El conflicto armado de Yemen comenzó en 2014 después de que los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, se alzaran en armas contra el Gobierno reconocido internacionalmente del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi y tomaran la capital, Saná.
La guerra se agudizó después por la intervención militar de la coalición árabe, liderada por Arabia Saudí, en apoyo de Hadi.