Montevideo, 20 mar – Visiblemente emocionada frente al reconocimiento, que consideró «un exceso», la poeta uruguaya Ida Vitale fue condecorada este sábado en Montevideo con el grado de Commandeur de la Orden des Arts et des Lettres que concede el Ministerio de Cultura francés.
«Nunca imaginé todo esto. Hay una cantidad de cosas que uno hace en la vida agradeciendo poder hacerlas y sin esperar que luego todo eso sea subrayado», dijo la escritora tras recibir la distinción de manos del embajador del país europeo en Uruguay, Hugues Moret.
También, aseguró que solo puede agradecer a Francia por todo lo que le dio en la vida y resaltó que la condecoración fue «un exceso» que no merece.
Vitale, a sus 97 años, siguió atentamente el discurso del diplomático sentada en un sillón especialmente preparado para ella.
«Es un doble homenaje. En primer lugar, a la extraordinaria poeta que es usted y homenaje a la traductora que también usted es de tantas obras en francés y en español», apuntó Moret, quien resaltó que los estantes de la biblioteca de la poeta «se doblan» por el peso de más de 800 libros en francés.
Entre los pocos invitados a la ceremonia -para evitar contagios por la covid-19- estuvieron la vicepresidenta de Uruguay, Beatriz Argimón; el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira; y el expresidente Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000).
Este último subrayó a Efe que «Ida Vitale es una enorme creadora, de gran calidad que ha llenado medio siglo con una definición personal en la poética con una sublimación de la palabra y el sentido existencial de la vida muy relevante».
En tanto, Da Silveira dijo a Efe que la poeta es «una cumbre de las letras uruguayas» y «la embajadora de un Uruguay que fue capaz de tener altísimos niveles educativos, una vida cultural muy intensa y que fue capaz de crear espacios para las mujeres».
El grado de Commandeur es el más elevado de los tres que tiene esta condecoración del Estado francés y recompensa a personas que se distinguieron por sus creaciones en el sector artístico o literario o por su contribución a la proyección de las artes y las letras en Francia y el mundo, explicaron las mismas fuentes.
Vitale, que cumplió 97 años en noviembre pasado, hizo muchas traducciones del francés al español, como «El agua y los sueños» o «La poética de la ensoñación», de Gaston Bachelard, o «Manouche», de Roger Peyrefitte.
Además, ha trabajado en las traducciones de sus poemas al francés con Silvia Baron Supervielle, escritora argentino-uruguaya radicada en Francia y nieta segunda del poeta franco-uruguayo Jules Supervielle.
Fruto de esa labor fue la antología bilingüe «Ni plus ni moins» («Ni más ni menos», en alusión de uno de los versos de la poeta montevideana), publicada en 2016 en el país europeo.
Vitale, nacida en Montevideo en 1923, está inscrita en la Generación del 45, a la que también pertenecen poetas uruguayos como Mario Benedetti, Idea Vilariño, Carlos Maggi o Emir Rodríguez Monegal.
Crítica, ensayista, traductora y docente, la poeta ha recibido en su trayectoria, entre otros galardones, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2015) y el Premio Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) de Literatura en Lenguas Romances 2018.
Fue la quinta mujer en recibir el Premio Cervantes, tras las españolas María Zambrano (1988) y Ana María Matute (2010), la cubana Dulce María Loynaz (1992) y la mexicana Elena Poniatowska (2013).
Elegante, lúcida y culta, Vitale ha tenido siempre como referente y padre poético a Juan Ramón Jiménez. Su poesía la inició en 1949 con la obra «La luz de esta memoria», a la que siguió «Palabra dada» (1953), «Cada uno su noche» (1960) o «Paso a paso» (1963), a los que siguieron muchos otros volúmenes.
A falta de una novela inconclusa, que en varias ocasiones ha dicho quisiera terminar, sus últimos libros publicados son «Mínimas de aguanieve» (2016) y la compilación «Poesía reunida» (2017).
Santiago Carbone