Washington, 15 abr – El Gobierno del presidente de EE.UU., Joe Biden, impuso este jueves una dura batería de sanciones contra Rusia y expulsó a diez miembros de su legación diplomática por el supuesto ciberespionaje ruso y la injerencia en las elecciones estadounidenses, aunque tendió la mano al Kremlin para dialogar.
Para ello, Biden emitió una orden ejecutiva proclamando una emergencia nacional «respecto a la amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional, política exterior y economía de EE.UU.» que suponen las actividades «dañinas» de Rusia en el exterior.
En un llamada con periodistas, funcionarios de la Administración aclararon que EE.UU. no busca una escalada de tensión con Rusia pese a estas acciones: «No queremos una espiral descendente, creemos que podemos y deberíamos evitar eso, pero también hemos dejado claro públicamente que defenderemos nuestros intereses nacionales».
Sobre los diez miembros de la misión diplomática rusa expulsados, el Gobierno estadounidense únicamente ha aclarado que entre ellos hay «representantes de los servicios de Inteligencia rusos».
EMPRESAS TECNOLÓGICAS QUE AYUDAN A LA INTELIGENCIA RUSA
En ese sentido, EE.UU. ha sancionado, además, a seis empresas tecnológicas de Rusia a las que acusa de apoyar a la Inteligencia de ese país.
EE.UU. ha atribuido a agencias de espionaje rusas, específicamente al Servicio de Seguridad Federal, la Dirección de Inteligencia y el Servicio de Inteligencia Exterior, el ciberataque masivo contra sistemas del Gobierno y grandes compañías estadounidenses a través del programa SolarWinds.
Hasta ahora, EE.UU. solo había hablado de sus sospechas de que Rusia estuvo detrás de ese jaqueo, supuestamente iniciado en 2019, pero este jueves aseguró que sus servicios de inteligencia están «completamente seguros» de esa acusación.
EE.UU. ha sancionado también a 16 compañías y 16 individuos rusos por su supuesta injerencia de los comicios electorales estadounidenses de 2020 «por órdenes del liderazgo del Gobierno ruso».
Medidas similares ha adoptado el Ejecutivo de Biden, en colaboración con la Unión Europea (UE), el Reino Unido, Australia y Canadá, contra cinco personas, dos empresas y un centro de detención por «la ocupación de Rusia de la región de Crimea, de Ucrania, y los graves abusos de los derechos humanos contra la población local».
Otro de los motivos esgrimidos por las autoridades estadounidenses para imponer esta batería de sanciones son las informaciones sobre recompensas ofrecidas por Rusia a los talibanes para que atacaran a militares de EE.UU. en Afganistán.
Con los anuncios de este jueves, quedan bloqueadas todas las propiedades que los sancionados pudiesen tener en EE.UU. y se prohíbe a los estadounidenses y a las personas que residan en este país cualquier transacción con las personas y entidades designadas.
OBSTACULIZAR LA VENTA DE DEUDA SOBERANA RUSA
En paralelo a estas penalizaciones, el Departamento del Tesoro de EE.UU. ha emitido una orden que prohíbe a las instituciones financieras estadounidenses participar en el mercado principal de bonos emitidos a partir del próximo 14 de junio por el banco central ruso y otras instituciones del país, en un intento de coartar su venta de deuda soberana.
Los funcionarios del Gobierno de Biden explicaron en la llamada que «este es el mercado principal que financia al Gobierno ruso», donde, aseguraron, una cuarta parte de los bonos está en manos de inversores extranjeros.
En consecuencia, auguraron que si se evita que los inversores estadounidenses sean compradores en este mercado se puede crear «un efecto paralizador más amplio, que aumente los costos de endeudamiento de Rusia, junto con la fuga de capitales y una moneda más débil».
Biden ya informó a Putin de estas decisiones durante la llamada telefónica que mantuvieron esta semana, que el propio mandatario estadounidense calificó este jueves de «sincera y respetuosa».
¿UNA CUMBRE ENTRE BIDEN Y PUTIN?
Asimismo, Biden le propuso al mandatario ruso una cumbre bilateral en los próximos meses «en un tercer país en Europa» para analizar la relación entre ambos países, pero Putin no respondió a esta propuesta.
«Cuando hablé con el presidente Putin le expresé mi creencia de que la comunicación personal y directa entre los dos es esencial para avanzar hacia una relación más efectiva, y él estuvo de acuerdo con ese punto», dijo Biden en un discurso sobre Rusia desde la Casa Blanca.
En ese sentido, opinó que ambas naciones podrían lanzar «un diálogo estratégico de estabilidad» para cooperar en ámbitos como el control de armas y la seguridad,»las amenazas nucleares de Irán y de Corea del Norte», la pandemia y la crisis climática.
Y subrayó que durante la llamada dejó «claro» a Putin que podría haber ido más lejos, pero que había optado por no hacerlo para actuar de manera proporcional.
«Estados Unidos no busca iniciar un ciclo de escalada y conflicto con Rusia. Queremos una relación estable y predecible», indicó Biden.
En respuesta a Washington, Rusia ha citado al embajador de EE.UU., John Sullivan, y el Kremlin ya avisó el miércoles que las sanciones no iban a ayudar a la celebración de una cumbre entre Putin y Biden.