La Paz, 3 mayo.- Los nuevos gobernadores y alcaldes de Bolivia asumen este lunes sus cargos con la mirada puesta en la gestión de la pandemia, el desafío de la coordinación con el Gobierno del presidente Luis Arce, en lo que supone una nueva configuración del mapa político del país.
La toma de juramentos de los nuevos funcionarios a los que también se suman legisladores departamentales y concejales municipales se han programado en distintos momentos de la jornada en regiones como Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, las más pobladas y parte del llamado «eje central» del país.
Esta transición se produce de forma atípica un año después, forzada en primera instancia por la crisis política y social de 2019 que afectó los comicios generales declarados nulos y con ello la adecuación del calendario electoral regional.
Además de la pandemia de la covid-19 que obligó a realizar dos modificaciones en la fecha de nuevos comicios generales en 2020 que aplazó la realización de los locales.
Por ello, las elecciones subnacionales que debían celebrarse a inicios del año pasado se efectuaron recién el pasado 7 de marzo y esto implicó previamente la extensión de mandato en gobernaciones y alcaldías excepcionalmente de 5 a 6 años.
Los comicios locales significaron un desafío para el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) de Arce y Evo Morales, tras la victoria que consiguió en las justas generales con más de 55 %, principalmente en las capitales de departamento y en pos de la conquista del voto urbano.
El resultado fue que el MAS se quedó con tres de nueve gobernaciones, mientras que únicamente ganó en dos de las diez principales ciudades del país, en tanto que ocho de estas quedaron en manos de una oposición dispersa conformada inclusive por exmilitantes masistas.
Pese a esto el partido gobernante amplió su presencia al 70 % de los municipios, trece más que en las elecciones subnacionales de 2015, tras vencer en 240 de las 336 alcaldías del país.
Las nuevas cabezas de gobernaciones y municipios afrontarán el desafío de coordinar proyectos con el nivel central de Gobierno, que ya había advertido durante la campaña las dificultades y riesgos de trabajar junto a opositores.
Sin embargo, funcionarios como la alcaldesa de El Alto, Eva Copa, y el alcalde de La Paz, Iván Árias, hablaron de su disposición de reunirse con Arce para encarar una agenda común en sus regiones.
Una de las principales dificultades en el caso de los alcaldes de las principales ciudades bolivianas es la deuda pública que heredan de sus antecesores, algo que podría limitar e influir en decisiones inmediatas.
Arias recibe la alcaldía paceña con una deuda de 201 millones de dólares, mientras que Jhonny Fernández asume un municipio cruceño con 138 millones en contra, una situación parecida es la que afronta Manfred Reyes Villa en Cochabamba, aunque sin datos concretos, debido a recortes de presupuesto y descenso de recaudaciones por impuestos.