Naciones Unidas, 10 mayo.- Expertos de Naciones Unidas anunciaron este lunes que cuentan con pruebas claras de que el grupo terrorista Estado Islámico (EI) cometió genocidio en 2014 contra la minoría yazidí de Irak.
El equipo de Investigadores de la ONU para la Promoción de la Responsabilidad por los Crímenes del EI en Irak (UNITAD), que hoy presentó su informe final al Consejo de Seguridad, explicó que recopiló de forma independiente “evidencias claras y convincentes” de ese genocidio.
Además, UNITAD también dice contar con pruebas que confirman que el EI fue responsable de actos de exterminio, asesinato, violación, tortura, esclavitud, persecución y otros crímenes de guerra y lesa humanidad contra los yazidíes.
Esa pequeña comunidad religiosa originaria de Irak fue brutalmente perseguida por el grupo terrorista cuando este irrumpió y conquistó amplias zonas del norte del país a mediados de 2014.
En agosto de ese año y en un plazo de pocos días, unos 5.000 hombres fueron asesinados, cerca de 7.000 mujeres y niños secuestrados, y un total de 300.000 desplazados de sus hogares en la región de Sinyar, cuna de los yazidíes.
UNITAD se creó en 2017 para apoyar los esfuerzos de Irak para juzgar la violencia del EI recogiendo y preservando pruebas de los crímenes más graves.
En su presentación de hoy, el líder de este equipo, Karim Asad Ahmad Khan, explicó además que hay pruebas de que el grupo terrorista cometió el delito de incitación directa e indirecta al genocidio y múltiples crímenes de guerra en la conocida como matanza de Speicher, por el nombre de una base militar donde los yihadistas asesinaron a hasta 1.700 soldados iraquíes, en su mayoría chíies.
ARMAS QUÍMICAS
Por otra parte, los investigadores de la ONU anunciaron además que han recogido pruebas que confirman que el EI desarrolló un programa de armas químicas en Irak, principalmente desde la Universidad de Mosul, que en 2014 estaba bajo control de los terroristas.
Según UNITAD, el EI usó inicialmente como arma cloro procedente de plantas de tratamiento de aguas y posteriormente desarrolló otras sustancias letales que fueron probadas en prisioneros, que murieron.
En 2016, el grupo produjo y utilizó gas mostaza en 40 cohetes lanzados contra la localidad chíe de Taza Khurmatu, según los investigadores.