Kampala, 12 mayo.- El presidente Yoweri Kaguta Museveni, que gobierna Uganda desde 1986, inauguró hoy su sexto mandato en una ceremonia de investidura con cerca de 4.300 invitados, y pese a que la oposición nunca aceptó su victoria en las elecciones del pasado 14 de enero.
A la ceremonia de investidura, que tuvo lugar en el antiguo aeródromo de Kololo en Kampala, acudieron una decena de mandatarios africanos, entre ellos los presidentes de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi; Tanzania, Samia Suluhu Hassan; Kenya, Uhuru Kenyatta, y Etiopía, Sahle-Work Zewde.
«Yo, Yoweri Tibuhaburwa Kaguta Museveni, juro en nombre de Dios todopoderoso que ejerceré fielmente las funciones de presidente de Uganda y defenderé, preservaré y protegeré la Constitución, observaré las leyes de Uganda y promoveré el bienestar del pueblo de Uganda. Así que, ayúdame Dios», dijo el presidente.
Tras jurar el cargo, Museveni, de 76 años, se vanaglorió en su discurso de investidura de consolidar la democracia en su país, pese a la críticas a ese respecto de la oposición y organizaciones defensores de los derechos humanos.
«Es, por tanto, bastante cómico oír a algunos actores en el mundo dándonos lecciones sobre democracia», se jactó el veterano gobernante.
El acto transcurrió dentro de la normalidad después de que el pasado lunes el portavoz de la Policía, Fred Enanga, anunciara la detención de al menos 41 personas que supuestamente planeaban hoy «incitar a la violencia», así como tras el despliegue coordinado de todas las fuerzas del orden para «garantizar la seguridad».
Inmediatamente después de esa ceremonia, centenares de soldados empezaron a patrullar las calles de Kampala y otras ciudades ugandesas, desplazándose en formación militar o en vehículos blindados.
Con este juramento, el mandatario ugandés pretende poner punto y final a unas elecciones calificadas por algunos observadores de «históricas» y en las que Bobi Wine, un músico popular de 39 años transformado a político, se convirtió en el principal opositor al longevo régimen.
A mediados de enero, las autoridades ugandesas anunciaron la victoria electoral del presidente Museveni con el 58,6 % de los votos, frente al 35 % obtenido por Wine; quien padeció un arresto domiciliario durante varios días y calificó los resultados de «falsos».
El artista describió también dichos comicios como «los más fraudulentos de la historia de Uganda», denunció que representaban «un insulto para la democracia» y llamó tanto a los ugandeses como a la comunidad internacional a rechazarlos.
En noviembre pasado, después de que varias zonas de la capital ugandesa se llenasen de manifestantes en contra del Gobierno de Museveni, los cuerpos de seguridad mataron al menos a 54 personas al intentar dispersar a la muchedumbre.
Además, a partir de esas protestas, centenares de simpatizantes de la oposición fueron presuntamente arrestados por las fuerzas del orden y muchos terminaron en paradero desconocido.
Pese al uso excesivo de la fuerza y la violación de derechos humanos denunciada por diversas organizaciones, el régimen del presidente Museveni continúa siendo uno de los principales socios militares y económicos de Occidente.