Ceuta (España), 17 mayo- Unos mil inmigrantes lograron este lunes entrar de forma irregular en Ceuta, en una de las jornadas de presión migratoria más críticas de los últimos años en esta ciudad española en el norte de África, fronteriza con Marruecos.
La Delegación del Gobierno español en Ceuta indicó que unos trescientos pueden ser menores, a la espera de pruebas de edad.
Las entradas comenzaron de madrugada hora local por espigones fronterizos, buena parte de ellas a pie, en grupos de hasta cien inmigrantes, muchos marroquíes, e incluso a la carrera por parte de unas cuarenta personas.
Otros accedieron a nado a playas cercanas en la ciudad y algunos tuvieron que ser rescatados por fuerzas de seguridad españolas para evitar que se ahogaran, incluida una niña, mientras unos pocos emplearon embarcaciones de recreo.
La Guardia Civil española y Cruz Roja se vieron superadas ante las sucesivas entradas de inmigrantes a lo largo de buena parte de la jornada y se vio desbordada la capacidad de acogida de una nave industrial donde estas personas tienen que guardar cuarentena por la covid-19, que estaba preparada para albergar a unas doscientas.
Fuentes policiales informaron a Efe que se produjo un «efecto llamada», con cientos de personas en la población marroquí de Castillejos, a unos dos kilómetros de la frontera, incluidas familias enteras y niños, a la espera de poder entrar en la ciudad española, por lo que se teme que «lo peor puede estar por llegar».
Los mayores de edad pueden ser devueltos a Marruecos, mientras que los menores pueden ser tutelados por el Gobierno de Ceuta.
Esta entrada es la segunda más importante que se produce en Ceuta en menos de un mes, ya que el fin de semana del 25 y 26 de abril accedieron 149 inmigrantes marroquíes, entre ellos unos 40 menores.
Esa es una forma tradicional de entrar en España, sobre todo jóvenes que se lanzan al agua cerca del paso fronterizo y consiguen bordear en poco tiempo la escasa distancia que separa las costas marroquíes de la ciudad española.
El año pasado llegaron a Ceuta de manera irregular 430 personas por vía marítima, frente a las 655 de un año antes, y por la frontera terrestre también bajaron las entradas hasta 340, un millar menos que en 2019.
La ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, aseguró que no le consta que lo sucedido en esta jornada pueda ser una medida de presión de Marruecos por la presencia en un hospital español del líder del Frente Polisario saharaui, Brahim Ghali.
El Gobierno marroquí ha calificado esta presencia de «acto contrario al espíritu de buena vecindad», mientras que el español mantiene que responde a razones humanitarias.
EFE