Quito, 16 junio.- España estudia la posibilidad de regular «de manera más articulada» la concesión de visados de mayor duración a los ciudadanos ecuatorianos, en tanto se resuelve la petición del país andino a los miembros del espacio Schengen de que eliminen su exigencia.
El análisis de esa posibilidad ha surgido como vía intermedia a las recurrentes peticiones del anterior Gobierno de Lenín Moreno, y del actual de Guillermo Lasso, a que la UE equipare la condición de Ecuador en esa materia a Colombia y Perú.
Se trata de una herramienta que está en uso, pero que España intentará «regular de una manera mejor, más articulada y que genere menos incomodidades, por así decirlo», dijo a Efe la embajadora española Elena Madrazo Hegewisch.
El visado de más larga duración permite que el solicitante «no tenga que ir cada año a renovar su visado», explicó, pero es una cuestión que debe pasar aún un proceso de estudio en cuanto a duración y otros aspectos.
«Nosotros tendemos hacia eso, de alguna manera siendo conscientes de que efectivamente el tráfico de ida y vuelta no solamente es natural sino además beneficioso para ambos países», destacó la diplomática.
Con ello se paliaría la recurrente necesidad de someterse a la exigencia de visados una vez tras otra.
En España residen más de 400.000 migrantes ecuatorianos y en Ecuador unos 70.000 españoles, de los que unos 60.000 tienen la doble nacionalidad.
Estas comunidades generan un tráfico constante entre ambos países, muchas veces por razones humanitarias, sumado al de los que viajan por turismo o negocios.
Con su entrada en funciones hace menos de un mes, Lasso y su ministro de Exteriores, Mauricio Montalvo, volvieron a insistir en su petición, aunque reconocieron que no va a ser tan fácil.
El visado Schengen depende de una decisión colectiva de los socios europeos que, según Madrazo, tienen «clarísimo, sobre todo los más próximos, el deseo de Ecuador».
«España comparte ese deseo y, de hecho, nosotros ya nos hemos dirigido al Comisario responsable solicitando que esta decisión sea revisada, y tiene que ser debatida entre los que somos del grupo de Schengen. No es una decisión que podamos tomar país por país», aclaró.
«Este gobierno, al tomar el relevo del anterior, efectivamente ha puesto sobre la mesa esta necesidad. Nosotros nos hemos comprometido a reiterar la gestión que ya se realizó en su momento, y vamos a ver que pasa».
También subrayó que la pandemia no ha ayudado demasiado a resolver el problema, sobre todo porque con el cierre de fronteras «no podía viajar nadie, con o sin visado».
La idea es que mientras el grupo europeo se decide, o no, a estudiar el caso, España analice otras opciones.
La decisión de implantar el visado respondía en su momento a unos criterios migratorios determinados que pueden haber cambiado, como la alta tasa de no-retorno de los viajeros ecuatorianos.
«Las cosas han ido cambiando, todo ha ido evolucionando, y quizá ahora mismo estamos en otro escenario diferente. Por lo tanto, probablemente, la decisión tendría que ser revisada», consideró Madrazo, que pidió no ser «pesimista» si bien «las prioridades de un grupo de países no es siempre idéntica a las de un país individual».