La Habana, 22 junio.- La eficacia alcanzada en ensayos clínicos por dos de las fórmulas que investiga Cuba contra la covid-19, del 62 % y el 92 %, acerca la posibilidad de que una de ellas se convierta en la primera vacuna de este tipo desarrollada en Latinoamérica.
Los resultados preliminares de la tercera y última etapa de pruebas de los candidatos vacunales Soberana 02 y Abdala se dieron a conocer entre el sábado y el lunes, desatando la euforia en Cuba, que lo ha apostado todo a sus propias vacunas al no entrar en el mecanismo Covax de la OMS ni comprarlas en el mercado internacional.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que para que un candidato vacunal sea considerado vacuna debe demostrar una eficacia igual o mayor al 50 %.
Soberana 02, del Instituto Finlay de Vacunas (IFV), mostró un 62 % de eficacia con un esquema de dos dosis en un ensayo con 44.010 voluntarios, en tanto Abdala, del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), se probó con una muestra de 48.000 personas en un esquema de tres dosis y alcanzó una eficacia del 92,2%, según datos divulgados por esas instituciones.
Ambas son vacunas de subunidad basadas en el sitio de unión al receptor (RBD) de la proteína S del virus, aunque en el caso de Soberana 02 ese elemento se une al virus inactivado del tétanos para potenciar la respuesta inmune del organismo.
USO DE EMERGENCIA, EN BREVE
«La eficacia de Abdala para casos sintomáticos es un índice impresionante que se posiciona a niveles similares a los obtenidos con vacunas que usan tecnologías novedosas como ARN mensajero o vectores adenovirales», afirmó a Efe el biólogo molecular cubano e investigador de la Universidad del Estado de Sao Paulo (UNESP) Amilcar Pérez Riverol.
El científico, exinvestigador del CIGB, destacó que las fórmulas «ya han demostrado ser efectivas en la disminución de casos, hospitalizaciones y muertes» y agregó que los resultados obtenidos por Soberana 02 con dos dosis son un buen indicador que sugiere que con la aplicación de una tercera dosis de Soberana Plus (otro de los candidatos cubanos en investigación) «debe aumentar hasta índices cercanos o incluso superiores a 80 %».
Las instituciones responsables han anunciado que solicitarán en breve la autorización de uso de emergencia al organismo regulador en Cuba, el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed).
Ambas fórmulas ya están siendo administradas a decenas de miles de cubanos bajo la figura de estudios de intervención sanitaria y en paralelo a los ensayos clínicos, como estrategia para frenar los contagios en la isla, que atraviesa la tercera y peor ola de la pandemia.
Una vez obtenida la luz verde del Cecmed, comenzaría el proceso para obtener la validación internacional de las dos vacunas cubanas.
«Casi todas las otras vacunas ya aprobadas realizaron un dossier de prensa bien detallado del análisis interino de fase 3 que condujo al anuncio de eficacia. Esto sería muy recomendable pues no habría que esperar el tiempo requerido para la publicación en revistas científicas revisadas por pares, que suele ser mayor», consideró el experto.
También recordó que está pendiente «la publicación en este tipo de revistas de los resultados de Fase 1/2» y alertó que «es vital que comience a haber datos revisables» en este tipo de plataformas. Después, «en un plazo menos inmediato pero muy importante, estaría el envío de los expedientes para conseguir la certificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), explicó Pérez Riverol.
DESPEJAR SUSPICACIAS
Aunque esos pasos no son imprescindibles para el uso de las vacunas cubanas en la isla, sí contribuirían a despejar las dudas de grupos críticos con el Gobierno cubano que cuestionan la veracidad de estos resultados, en especial dada la grave crisis que atraviesa el país.
Esa situación se ha traducido en una escasez galopante de productos básicos, incluyendo los medicamentos, lo que ha llevado a muchos a preguntarse cómo es posible que Cuba desarrolle vacunas cuando faltan los antibióticos y hasta las aspirinas.
«La falta de medicamentos básicos es lamentable porque, como la covid-19, tiene un profundo impacto en la salud de la gente. Pero sintetizar un antibiótico y hacer una vacuna son procesos diferentes», precisó el científico.
Así, recordó que Cuba tiene una trayectoria de «más de 35 años de inversión en capital humano, experiencia en trabajo con vacunas e inversión en infraestructura de investigación, desarrollo y producción de vacunas y de equipamientos asociados a este tipo de tecnología».
«Eso es lo que ha permitido que cuando llegó la pandemia, Cuba estuviera en perfectas condiciones para desarrollar una vacuna contra la covid» sin tener que realizar una fuerte inversión o desviar recursos de otras importaciones, agregó.
Otro elemento «crucial», según el experto, es que por la centralización estatal hay una «intercomunicación muy fuerte entre todas las instituciones que pueden aportar a que se obtenga este resultado», y a la vez de estas con el Ministerio de Salud Pública. «Sin eso no habría sido posible realizar los ensayos clínicos tan rápidamente, y sin ensayos clínicos no tienes nada», añadió.
Estos resultados abren también la puerta a potenciales exportaciones de Soberana 02 y Abdala, en las que países como Argentina y Venezuela ya han mostrado interés, a lo que se suma el reciente anuncio de Irán de que esta semana aprobaría el uso de emergencia de la primera de ellas.
Lorena Cantó