Los cuerpos de las mujeres continúan siendo territorio de guerra, aunque alzan la voz para exigir sus derechos, son víctimas hasta de las mismas instituciones que según la ley están para protegerlas.
Por: Yurany Alzate
Colombia, 7 julio de 2021.-
En tiempos de guerra, como los que vivimos en este momento en el país, las mujeres son víctimas de violaciones, esclavitud o tráfico sexual. Tanto soldados como policías, guerrilleros y paramilitares, violan, eso dice la Amnistía Internacional, un movimiento internacional de activistas que se dedica a promover todos los derechos humanos consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el documento Cuerpos Marcados, Crímenes Silenciados.
“Nuestros cuerpos no son botín de guerra, es lo que gritamos las mujeres hace años en Colombia, pero en el Paro Nacional, se evidencia que la violencia contra nosotras continúa siendo una forma de exterminarnos” afirma Vanessa Giraldo, psicologa feminista de Medellín.
La Policía Nacional: el enemigo del Paro en Colombia
En Colombia, por ejemplo, según lo registrado por la ONG temblores, del 28 de abril, día que comenzó el Paro Nacional, hasta el 26 de junio, se presentaron 28 casos de violencia sexual a mujeres y 9 de violencias basadas en género.
Aunque claro, esa cifra está solo hasta el 26 de junio, entonces no cuenta la del 28 en Medellín. Una menor de 15 años fue víctima de acceso carnal violento en medio de las manifestaciones, presuntamente por agente del Escuadrón Móvil Antidisturbios- Esmad, como ella lo denunció.
Con respecto a eso, la Amnistía Internacional indica que cuando un grupo armado, sea legal o al margen de la ley, usa la violencia sexual quiere mostrar poder, no solo sobre el cuerpo, sino también sobre la intimidad de la mujer, transmitiendo un mensaje muy eficaz a la comunidad de la víctima y reforzando que tiene el control de la situación. En este caso, el del Paro Nacional. “Es reprochable todo lo que pasa con el cuerpo de las mujeres en la movilización, las calles también nos pertenecen, son nuestros espacios, pero tenemos que andar con miedo porque a los hombres les molesta que alcemos la voz, que tengamos participación política, que no nos quedemos calladas, es como si les tuviéramos que obedecer. Y eso lo digo en general, porque sufrimos violencias por parte y parte. Es claro que la policía usa más el abuso para mostrar su poder, pero no hay dejar de lado esos compañeros lucha que nos atacan”, comenta Daniela Zapata, activista y feminista de Medellín.
La violencia contra la mujer es un flagelo que no disminuye ni siquiera en contextos de movilización social, como se observa hoy en Colombia, dice Vanessa Giraldo. Hay una lucha por las reivindicaciones de derechos que se nos han negado durante décadas, pero las cifras de abuso hacia los cuerpos femeninos aumentan cada vez más, dejando en evidencia que hay un ataque estructural, sistemático y revictimizante para las mujeres, afirma.
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Asimismo, establece que “Todas y todos deberíamos rechazar el trato que se le da a las mujeres dentro de la coyuntura política, dentro de las protestas, por fuera, inclusive, y claramente lo que se hace es castigarnos, recordarnos que las calles no son nuestras, como si ya no lo supiéramos. Sabemos que odian que nos tomemos los espacios.”
Además, la ONG Temblores establece que en contextos de guerra el número de mujeres víctimas de acceso carnal violento por la fuerza publica puede ser mucho mayor, solo que denunciar violencia sexual es muy difícil para ellas y más, cuando hay miembros de la Policía o del Ejército Nacional involucrados, porque encuentran mayores barreras.
Eso quedó en evidencia en Medellín cuando el pasado 28 de junio que se cumplían dos meses de Paro, una menor de edad denunció ante los medios de comunicación alternativos que acompañan la movilización y la Veeduría a la Fuerza Pública 639, haber sido víctima de abuso sexual por un agente del Esmad.
Ese día, desde la Alcaldía de Medellín, en cabeza de la Secretaría de Seguridad y Convivencia dieron un balance de la movilización. Informaron sobre las pérdidas materiales y los funcionarios de la policía afectados por los enfrentamientos, pero nunca se pronunciaron sobre el caso de abuso sexual, apesar de que el equipo de Análisis Urbano preguntó constantemente por la situación.
Además de eso, según la concejala Dora Saldarriaga no hubo una atención primordial e integral a la menor. Estuvieron hasta la 1: 30 A.M esperando a que llegara una defensora de familia, quien fue de manera voluntaria a tramitar el proceso de la menor ya que nadie de la administración respondía a las llamadas.
Por otra parte, desde la Veeduría a la Fuerza Pública afirman que fueron atacados por la policía mientras acompañaban el proceso, ya que era una menor, estaba en shock y la atendían hombres, lo que ocasionó en ella más temor.
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Saldarriaga, también denuncia que no hay una articulación entre las entidades de la administración para atender los casos de violencia de género en la ciudad, tanto así, que ese día en en el Hospital General de Medellín Luz Castro de Gutiérrez -HGM- donde atendieron la menor, no hubo presencia de funcionarios de la Alcaldía de Medellín.
“Claramente legitiman el uso de la fuerza armada por parte del Estado, para decir te hago esto, primero porque no tienes que estar en las calles, segundo porque no debes estar protestando y tercero porque eres mujer y no tienes derecho a nada. Por eso nadie debería hacerse el de la vista gorda con lo que pasó, tenemos que exigir justicia porque están aniquilando nuestra postura política, nuestra digna rabia. Nos están silenciando, diciendo lo que nos dicen en cualquier tipo de guerra y es que a través de las mujeres quieren demostrar qué tan cruel pueden ser”, indica Vanesa Giraldo.
Ante el abuso sexual que sufrió la menor de 15 años en Medellín, la institución solo dice “estamos en investigación”. Una investigación que se suma a las otras que hay por abuso policial en Medellín, pero que no da respuesta a las violencias basadas en género que continúan presentándose en la ciudad en el marco del Paro Nacional.
¿Cuándo responderan por la violación a una menor de edad en Medellín? ¿Cuándo se le garantizará a las mujeres que pueden habitar la calle y los espacios políticos sin ser abusadas o maltratadas? La Alcaldía de Medellín no tiene esas respuestas.