Naciones Unidas, 6 agosto de 2021.- La comunidad internacional presionó este viernes en la ONU a los talibanes para que detengan su ofensiva militar en Afganistán y negocien urgentemente la paz con las autoridades de Kabul, advirtiendo que no se aceptará un Gobierno impuesto por la fuerza.
Ante el rápido deterioro del conflicto, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunió de urgencia para discutir la situación y reiterar su llamamiento a un alto el fuego inmediato.
Lo hizo mientras sobre el terreno los insurgentes siguen avanzando en su asedio de varias ciudades -hoy anunciaron la toma completa de la provincia suroccidental de Nimroz- y con las fuerzas gubernamentales en plena contraofensiva en otros puntos como Lashkargah.
«Afganistán está en un peligroso punto de inflexión. Por delante tiene o bien una genuina negociación de paz o bien un trágico conjunto de crisis entrelazadas: un conflicto cada vez más brutal combinado con una grave situación humanitaria y abusos de los derechos humanos que se multiplican», dijo la enviada de la ONU para el país, Deborah Lyons.
RIESGO DE CATÁSTROFE
Lyons describió por videoconferencia al Consejo una situación extremadamente preocupante y defendió la necesidad de actuar para evitar que Afganistán se convierta en una «catástrofe» que podría tener «pocos o ningún equivalente en este siglo».
La diplomática insistió especialmente en las graves consecuencias de los ataques que los talibanes están lanzando sobre las ciudades tras haber logrado grandes avances en las áreas rurales desde que este año se anunció la salida de las tropas internacionales.
«Atacar zonas urbanas es causar a sabiendas un enorme daño y bajas masivas de civiles. Pese a ello, la amenaza sobre grandes áreas urbanas parece ser una decisión estratégica de los talibanes, que han aceptado la matanza que seguirá», señaló la diplomática.
Para Lyons, esta campaña militar ha dado pie a una fase «más mortífera y destructiva» de la guerra y muestra que, pese a lo que han dicho en repetidas ocasiones, los talibanes no están realmente comprometidos con las negociaciones de paz.
«Hoy me he centrado en la guerra contra las ciudades porque una parte que estuviese realmente comprometida con un arreglo negociado no arriesgaría tanta destrucción de infraestructuras. (…) Tampoco se arriesgaría a tantas bajas civiles porque entendería que el proceso de reconciliación será más difícil si se derrama más sangre», insistió.
LLAMADO A NEGOCIAR
Por ello, Lyons reclamó a las potencias internacionales un mensaje claro para los insurgentes sobre la necesidad de parar inmediatamente esta ofensiva y sentarse a negociar con el Gobierno.
En el debate posterior, los miembros del Consejo de Seguridad se expresaron de forma clara en esa línea, insistiendo en que es necesario un alto el fuego urgente y pasos para que las conversaciones previstas para la próxima semana en Doha puedan ofrecer resultados.
Las negociaciones entre el Gobierno y los insurgentes en la capital catarí apenas han logrado avances desde su inicio, que llegó después de que EE.UU. acordara con los talibanes abandonar por completo el territorio afgano y el grupo aceptara comenzar a dialogar una salida política a la guerra directamente con Kabul.
Hoy, el Gobierno de Joe Biden insistió en la ONU en que los talibanes tienen que parar inmediatamente su ofensiva y buscar un acuerdo con el Ejecutivo afgano.
«Los talibanes tienen que escuchar de la comunidad internacional que no vamos a aceptar una toma militar de Afganistán o un retorno al emirato islámico. Los talibanes estarían aislados y serían un paria internacional si eligen ese camino», dijo el embajador adjunto de EE.UU., Richard Mills.
Otras potencias como Rusia defendieron también que el inicio de unas verdaderas negociaciones de paz debe ser el principal objetivo y advirtieron del riesgo de que el país caiga a una «guerra civil total».
Aunque el Gobierno afgano se ve capaz de frenar el avance militar talibán y estabilizar la situación, según dijo hoy su embajador ante la ONU, Ghulam Isaczai, pidió a todos los países con influencia hacer más para forzar a los insurgentes a detener la violencia y reclamó a Pakistán más cooperación para que su territorio no les sirva de refugio y vía de suministro.
Isaczai denunció que los talibanes están siendo respaldados por decenas de organizaciones terroristas extranjeras, entre ellas Al Qaeda y el Estado Islámico (EI), y advirtió que buscan volver a convertir el país en una base para el terrorismo internacional.
Según dijo, si los talibanes han cambiado en algo en las últimas dos décadas ha sido para peor y lo están demostrando con violencia, venganzas e imponiendo su «cruel» sistema de gobierno a la población de las zonas bajo su control.
Mario Villar