Bogotá, 19 de octubre de 2021.- La periodista colombiana Jineth Bedoya aseguró este martes que la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) que condena a Colombia por las violaciones de las que fue víctima en el ejercicio de su profesión tras ser secuestrada, torturada y agredida sexualmente «es una reivindicación de derechos colectivos».
«Es una reivindicación de derechos colectivos porque logró convertir un dolor particular en la reivindicación de derechos de miles de mujeres», dijo la actual subeditora del diario El Tiempo, en una rueda de prensa en Bogotá.
Este lunes, la CorteIDH, con sede en San José de Costa Rica, encontró «indicios graves, precisos y concordantes de la participación estatal en los referidos hechos», cuando el 25 de mayo de 2000 la reportera fue secuestrada a las puertas de la Cárcel La Modelo de Bogotá por paramilitares.
La periodista estuvo secuestrada 16 horas, tiempo en el que fue «sometida a un trato vejatorio y extremadamente violento, durante el cual sufrió graves agresiones verbales, físicas y sexuales», según detalló la sentencia, y finalmente fue abandonada cerca de Villavicencio (centro).
Bedoya, que lleva 21 años buscando justicia por este caso, consideró que este pronunciamiento «no es justicia individual, es una justicia colectiva que le da herramientas a las mujeres periodistas para el ejercicio de su profesión y para las miles de víctimas de violencia sexual para seguir con sus vidas después de un hecho tan atroz».
La reportera investigaba la violencia y un posible caso de venta de armas y tráfico de secuestrados en la cárcel que involucraba a paramilitares, narcotraficantes, la guerrilla, policías y militares.
«Quiero mirar hacia atrás para llenarme de fuerza y poder mirar hacia delante», aseguró la periodista, quien continuó diciendo: «Si me tocase morir hoy, ya me puedo morir tranquila porque le dejo algo a las mujeres de este país».
RESARCIMIENTO Y REINVINDICACIÓN
«Mi resarcimiento está sellado; la CorteIDH se ha pronunciado y la reivindicación que busqué está aquí», aseguró la periodista, quien considera que no es un logro para ella, sino para las miles de mujeres que no tienen un altavoz como el suyo, pero también han sido víctimas de violencia sexual.
Además de condenar al Estado colombiano por su «aquiescencia y colaboración», como recordó el director de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), Jonathan Bock, la justicia pidió al Estado colombiano medidas adicionales como continuar las investigaciones necesarias para determinar y sancionar a los responsables.
También encargó que se inaugure un centro estatal de memoria y dignificación de todas las mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado y del periodismo investigativo, y que el programa de la colombiana «No es hora de callar», una publicación transmedia que aloja la web de El Tiempo para dar visibilidad a la violencia machista, se difunda de manera estatal por el sistema de medios públicos.
Este centro será «el único en el mundo dedicado a víctimas de violencia sexual» y «el primer lugar creado para hablar y dignificar» a las víctimas de ese delito y para «darle herramientas y respaldo a las mujeres que hacen periodismo».
EFE