Quito, 29 de octubre de 2021.- El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, asegura que no ha cometido ninguna «falta», «contravención» o «delito» y que está dispuesto a ser investigado sobre los papeles de Pandora, pero que no se someterá a un «circo» en la Asamblea.
«Contundentemente le digo que no he cometido ninguna de esas faltas, contravenciones o delitos. ¡Ninguna, Ninguna!», insistió el mandatario en una entrevista con Efe al ser interpelado si «desde 2013» ha incurrido en delitos de «testaferrismo, evasión o elusión».
Tras una fugaz y exitosa vacunación contra la covid-19, Lasso afronta este último mes no pocos obstáculos, que han incluido un estado de excepción por una crisis carcelaria y de criminalidad, protestas sociales por el incremento del combustible, y un bloqueo parlamentario a sus reformas de reactivación económica.
LA CAJA DE PANDORA
Poco antes de viajar a la COP26 y a España, Lasso no escatima en documentación para tratar de convencer a la ciudadanía de que ha cumplido sus obligaciones fiscales, y que su aparición en los papeles de Pandora no implica una violación de ley.
«Me deshice de todas estas inversiones y la mayoría de esas compañías fueron absolutamente liquidadas. ¡No existen más!», dijo al evocar una ley de 2017 que prohíbe a funcionarios públicos y candidatos políticos tener bienes en paraísos fiscales.
Y denuncia a sus opositores porque «repetir cada vez lo mismo es como contarnos la historia del descubrimiento de América como si hubiera sucedido hoy»: «Si encuentran alguna compañía que yo tuve en el pasado pues, claro, la tuve en el pasado, pero no ahora».
«Cuando quise ser candidato, organicé todo para, precisamente, deshacerme de esas inversiones y muchas de esas compañías fueron liquidadas. Absolutamente liquidadas», recalcó.
Por los papeles de Pandora, Lasso tiene abiertas dos investigaciones, una en una comisión parlamentaria, y otra indagación previa, en Fiscalía a raíz de una denuncia de un exadversario político, Yaku Pérez.
En ambas se exige conocer el pasado tributario del presidente y cómo se deshizo de esos bienes.
«Ahí está mi historial tributario. Que lo investigue quien quiera investigarlo, quien corresponde de acuerdo con la ley, que no es la comisión de la Asamblea», afirmó con el argumento que una persona que «ha pagado (impuestos por) 588 millones de dólares en 15 años, no tiene ninguna razón de esconder absolutamente nada».
Para el presidente, la Comisión de Garantías Constitucionales no es sino un «circo» en manos de una oposición «ideológica» al que no piensa «prestarse», y por ello, cuando fue convocado, envió «una carta con información muy detallada, clara y contundente».
Una misiva en la que detalla su patrimonio y empresas que llegó a tener en el extranjero cuando era «una persona natural», y en la que instaba a ser convocado el último y ser interpelado en el Palacio por «ser presidente» y evitar «tanto circo y humillación». Ambas fueron rechazadas.
Afirma que no tiene «ningún problema en que siga investigando» la Fiscalía ni la Contraloría, a la que él mismo pidió «un examen especial» sobre su declaración patrimonial.
DE VUELTA AL DIÁLOGO
Desde septiembre tiene otro frente abierto: Su principal proyecto de reformas tributaria, laboral y de inversiones, se vio bloqueado, por lo que ha tenido que dividirlo en tres para su aprobación.
Lo ha hecho tras emprender una nueva vía de «diálogo» con el poder legislativo, dejando atrás una posible muerte cruzada para disolver la Asamblea y convocar elecciones.
«Ya no quiero entrar en discusiones si es constitucional o no la devolución (del proyecto de ley). Hemos llegado a un entendimiento de enviar tres leyes distintas con carácter de urgente».
Un camino que no acaba de convencer a sindicatos y organizaciones sociales, que esta semana tomaron las calles para protestar sus intentos de reformas, el progresivo incremento del precio de los carburantes -ahora congelado-, y su aparición en los papeles de Pandora.
Las protestas condujeron el martes a un violento choque en el casco antiguo de Quito y el cierre durante dos días de vías y carreteras en una docena de provincias, por iniciativa de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) y su presidente, Leonidas Iza.
Para Lasso, no obstante, nada comparable con los disturbios de octubre de 2019, ya que, a su juicio, «esta convocatoria no tuvo ninguna simpatía por parte de la ciudadanía» y a «Iza le fue muy mal en su paro», porque «el Gobierno se ha parado absolutamente firme».
Por el momento, y por la ausencia del presidente, las protestas han sido congeladas, mientras se espera una nueva iniciativa de diálogo cuyo horizonte se desconoce.
«Iza, en mi opinión, es una persona que busca la violencia, la anarquía (…) No podemos tomar decisiones en base a los caprichos del señor Iza».
Aclaró que la decisión de suspender las subidas del combustible la tomó tras haber escuchado a la ciudadanía y a otros políticos de la Asamblea.
LA IMAGEN INTERNACIONAL DEL PAÍS
El mandatario no oculta su «preocupación» sobre la imagen internacional que pueda dar el país entre la incertidumbre política, protestas y un estado de excepción por la creciente inseguridad.
Alega que es «el escenario que produce un señor como Iza, que en lugar de sentarse a dialogar y comprender razones, cree que las cosas se solucionan a palos, piedras, puñetes y golpes, y eso este gobierno no lo va a permitir».
«Estas serán mis explicaciones, para que las entienden todos los empresarios porque, en definitiva, estas marchas son cosas que se repiten en América Latina, Francia, España y hasta en EE.UU. Por lo tanto, es algo que el mundo empresarial comprende y entiende claramente», zanjó.
Elías L. Benarroch
EFE