Columna de opinión publicada en Contagio radio.
Luis Fernando Quijano – @FdoQuijano
28 de abril 2016
Cien días lleva la nueva Alcaldía en la ciudad de Medellín y hasta ahora demuestra que un nuevo estilo de gobernar se impone: el sí a todo. En otras palabras, el reconocimiento a la realidad del conflicto urbano sin tapujos deja atrás las cortinas de humo que lo cubrían todo. Es entendible que al desvelarse la realidad, con ella afloren múltiples problemáticas que estaban ocultas por la fuerte inversión en publicidad engañosa, pero, al unísono, también surgen propuestas y posibles salidas. ¿Será que el alcalde Federico Gutiérrez tendrá la sapiencia para entender y actuar frente a los nuevos retos que se verá abocado a enfrentar? Espero que sí, por el bien de la ciudad metropolitana.
Las problemáticas son diversas y complejas: extorsión generalizada, pagadiario, explotación sexual de niños, niñas y adolescentes; apuestas ilegales, contrabando, control territorial criminal, pacto del fusil, desaparición forzada, desplazamiento forzado intraurbano, regulación de la violencia por parte de actores armados, entre otros.
Las propuestas también lo son: por un lado están las de tipo social que son abundantes, la mayoría impulsadas por el interés público que buscar fortalecer la sociedad civil y la comunidad en general -aunque hay algunas (pocas) que buscan satisfacer intereses particulares en detrimento del corpus social-. Y por el otro, están las que plantean que la represión y la negociación a oscuras debe ser la hoja de ruta de la estrategia de seguridad.
Para cumplir con estas últimas, se requieren más cámaras y más policías, pactos secretos con el crimen, y la aplicación errónea de la política de combate a la criminalidad con énfasis en la captura y el decomiso, que sólo controla y no desmantela la ilegalidad armada. Así mismo, se generan acuerdos con representantes del bajo mundo, que son tratados como peones de poner y quitar en el juego de ajedrez, cuyo sacrificio no importa, con los que se pacta la regulación de la violencia y mantener baja la cifra de homicidios. Sin importar cómo lo hagan, lo que se necesita es que ayuden a la cosmética de la ciudad. Continuar leyendo aquí
Temas relacionados
Medellín metropolitano está en el mejor momento para iniciar diálogos urbanos para la paz