París, 27 de noviembre de 2021 – Francia trata de aumentar el control migratorio en el Canal de la Mancha, donde esta semana murieron en un naufragio al menos 27 personas, y ha convocado para ello una reunión este domingo en Calais con Bélgica, Alemania, Países Bajos y representantes de la Comisión Europea.
A ese encuentro debía acudir también la titular británica de Interior, Priti Patel, pero las autoridades galas le retiraron la invitación tras una polémica carta del primer ministro, Boris Johnson, en la que este invitaba a Francia a recuperar a los migrantes que consiguieran llegar al Reino Unido.
La reunión llega por tanto precedida de un nuevo momento de tensión diplomática entre ambos países, que desde Londres intentaron rebajar este sábado alegando que esa misiva, publicada el jueves en Twitter, tenía un tono «extremadamente colaborativo».
En declaraciones a BBC Radio 4, el secretario de Estado británico de Aduanas y Fronteras, Damian Hinds, apuntó que la carta pretendía solo constatar que hay que profundizar en la actual colaboración en temas migratorios, ampliar lo que ya se hace y «acordar nuevas soluciones creativas».
Pero la forma y el tono elegidos no gustaron ni al presidente, Emmanuel Macron, que los consideró poco serios, ni a las autoridades locales.
«La reacción de Boris Johnson está muy fuera de lugar», señala en la cadena France 3 el alcalde de Grande-Synthe, Martial Beyaert, que cree incluso necesario salir de los acuerdos de Touquet, por los que ambos países desplazaron el control migratorio de la frontera común al territorio galo.
Francia espera que la reunión de mañana sirva para «definir las vías para reforzar la cooperación policial, judicial y humanitaria para luchar mejor contra las redes de traficantes implicados en los flujos migratorios», según dijo este jueves el primer ministro, Jean Castex, al convocarla.
Desde principios de año, unos 33.000 inmigrantes han arriesgado su vida cruzando el mar hacia el Reino Unido, casi cuatro veces más que el año anterior, y 7.800 han sido rescatados. Las autoridades británicas calculan que más de 25.700 llegaron a sus costas, frente a los casi 8.500 del año pasado.
INVESTIGACIÓN EN MARCHA
Los fallecidos el miércoles habían partido de Dunkerque. El diario local La Voix du Nord indica en su web que las declaraciones de dos supervivientes, un iraquí y un somalí, apuntan que al parecer una infiltración de agua en su lancha provocó un movimiento de pánico entre quienes iban a bordo y posteriormente el naufragio.
Cerca de los cuerpos se encontraron chalecos salvavidas, lo que hace pensar que había más de 29 personas en la lancha y que por lo tanto podría haber más desaparecidos.
El mismo miércoles por la tarde fueron detenidos cuatro supuestos traficantes de inmigrantes sospechosos de estar vinculados con esa tragedia, y por la noche fue arrestada una quinta persona, que había comprado zodiacs en Alemania.
La investigación está en manos de la Jurisdicción Nacional encargada de la Lucha contra el Crimen Organizado (JUNALCO), mientras que la identificación de los cadáveres tiene lugar en el instituto médico-legal de Lille.
Ese drama, sin embargo, no tiene un efecto disuasorio entre quienes siguen en la zona a la espera de una oportunidad para lanzarse al mar.
Ali es un tunecino de 36 años que ha llegado a Francia tras abandonar su país en julio de 2020 y pasar por Italia, Suiza, Alemania y Bélgica, sin éxito a la hora de pedir asilo: «El exilio no es fácil. Está lleno de horror. Espero que Alá nos ayude a llegar a Inglaterra», cuenta a Efe.
Está en un campo improvisado de inmigrantes en Calais, donde otro migrante, el sudanés Saleh, denuncia el trato que reciben de las fuerzas del orden francesas: «El 20 de noviembre la policía pegó a un amigo. Le rompieron el brazo. La policía francesa es muy violenta con inmigrantes y refugiados», denuncia.
Marta Garde
EFE