Bruselas, 14 de diciembre de 2021.- La Comisión Europea (CE) propuso este martes una revisión del Código de Fronteras Schengen para responder a nuevas amenazas, que incluye la idea de que las policías de distintos países de la UE cooperen en zonas fronterizas para identificar a migrantes irregulares y devolverlos al estado miembro de donde procedan.
Para Bruselas, esa posibilidad sería una «alternativa» al cierre de las fronteras internas, que desde hace seis años aplican, por diferentes motivos, seis países del espacio Schengen: Francia, Alemania, Austria, Dinamarca, Suecia y Noruega (este último no es miembro de la UE).
«Los chequeos en las fronteras interiores crean irritación» entre países vecinos. A partir de ahora se podría contar con una cooperación policial para obtener los mismos objetivos», explicó en rueda de prensa la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson.
La manera exacta de llevar a cabo esa cooperación policial debería ser definida; por ejemplo, exigiendo controles de identidad a los «sospechosos» de haber accedido de «forma no autorizada», añadió la comisaria.
Por su parte, el vicepresidente comunitario Margaritis Schinas aclaró que se está hablando solo de una cooperación policial en las fronteras y que no se está tratando de «reescribir la política migratoria».
El Código Schengen, dijo Schinas, «no incluye nada» sobre los llamados «movimientos secundarios»: los desplazamientos de migrantes irregulares desde países en primera línea, como España o Italia a los destinos donde quieren solicitar asilo.
Esos desplazamientos, según la Comisión Europea, son un problema que afecta en particular a Austria, Bélgica, Países Bajos, Francia y Alemania.
Bruselas cree que esos movimientos deben ser abordados en el marco del Pacto europeo de Migración y Asilo, que se encuentra en negociación desde el pasado año.
El Gobierno de España había expresado en los últimos días su preocupación por los cambios en el Código Schengen y alertado de que los chequeos policiales podrían convertirse en controles fronterizos encubiertos.
Según insistió hoy la CE, su propuesta de chequeos en las fronteras no equivale a controles fronterizos.
CIERRE DE FRONTERAS POR AMENAZAS SANITARIAS
Los cambios en el Código Schengen buscan también sacar lecciones de la pandemia y garantizar que existen mecanismos de coordinación para hacer frente a las amenazas en el ámbito de la salud.
Se quiere facilitar al Consejo (países) la rápida adopción de normas vinculantes sobre restricciones temporales de viaje en las fronteras exteriores en caso de una amenaza para la salud pública, evitando el caos que se ha vivido durante la pandemia.
Se incluye también un nuevo mecanismo de salvaguardia para dar una respuesta común en las fronteras internas, ante amenazas que afecten a la mayoría de los Estados miembros, de tipo sanitario, de seguridad interior u otros.
Ello permitirá autorizar los controles en las fronteras interiores mediante una decisión del Consejo en caso de una amenaza compartida.
INSTRUMENTALIZACIÓN DE LA MIGRACIÓN
Tras lo ocurrido en Bielorrusia, donde miles de migrantes llegaron durante meses atraídos por el régimen de Alexander Lukashenko para tratar de cruzar las fronteras de la UE, los Veintisiete han decidido dotarse de medidas para responder a la amenaza de una guerra híbrida.
En particular, la propuesta plantea que los países puedan tomar medidas para gestionar las fronteras exteriores de la UE, por ejemplo limitando el número de pasos fronterizos e intensificación de la vigilancia en las fronteras.
También se plantean medidas adicionales para flexibilizar los procedimientos de asilo y retorno a los países de origen.
Para su adopción, las propuestas deberán ser aprobadas tanto por el Consejo (países) como por el Parlamento Europeo.
EFE