Esta vez, el sonido de las balas redobla en Arauca los enfrentamientos entre las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) son constantes.
Por: Yurany Alzate( @yuranyAlzate1 )
Arauca, Colombia, 9 enero de 2022.-
La guerra que vive Colombia siempre ha dejado a la sociedad civil en medio de los enfrentamientos entre los grupos armados al margen de Ley. Esta es una guerra que nos arrebata vidas de personas inocentes que por lo general trabajan el campo de este país. Una guerra que no cesa desde hace más de 50 años y que aunque creíamos que la firma del Acuerdo de Paz en 2016, llevaría tranquilidad a los territorios más alejados de esta Colombia tan violenta, hoy vuelve la incertidumbre, el miedo, el llanto.
Esta vez, el sonido de las balas redobla en Arauca los enfrentamientos entre las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) son constantes.
Cabe mencionar que en ese departamento de Colombia hoy hay más de 20 personas asesinadas. Las cifras exactas no se conocen pues comienzan a variar entre las autoridades. Si bien el Ministerio de Defensa hablaba desde el lunes de 23 muertos que quedaron en medio del combate, la Fiscalía indicó en la noche de ayer miércoles 6 de enero que serían 27 las víctimas las cuales tienen heridas por arma de fuego a corta distancia, en la modalidad de sicariato, por lo que descartó combates.
De acuerdo con el Fiscal, Francisco Barbosa, los primeros hallazgos indican que no hubo un enfrentamiento, sino que hombres armados obligaron a las víctimas a salir de sus casas: “Algunas habrían sido llevadas a Venezuela, asesinadas y posteriormente trasladadas a territorio colombiano. Otras murieron en Colombia, pero los cuerpos los abandonaron en lugares lejanos a sus residencias”. Por eso descarta que se haya tratado de muertes entre enfrentamientos de estos dos grupos armados.
Asimismo afirmó que los responsables de las muertes de las 27 personas, es el del frente de guerra Oriental del Eln quienes delinquen en Arauca, Boyacá y Casanare.
Una vez más la zozobra se apodera de los territorios colombianos, de hecho, las amenazas no están silenciadas. Desde el pasado fin de semana, los pobladores de las zonas rurales vienen recibiendo audios atribuidos a las disidencias de las Farc, con los cuales se dispararon la zozobra y los desplazamientos de campesinos hacia los cascos urbanos: van 500.
La comunidad pide paz, pero las cifras de violencia agudizan más la incertidumbre. El personero de ese municipio, Juan Carlos Villate, ha reportado 50 desaparecidos desde el domingo, de los cuales siguen sin rastro unas 20 personas del municipio de Tame.
La guerra que empezó el domingo 2 de enero ya suma 27 muertos, según la Defensoría del Pueblo, e inició por el asesinato de alias Mazamorro, un cabecilla del ELN que habría sido atacado por las disidencias en el estado venezolano de Apure.
Por su parte, la respuesta del Gobierno Nacional, en el marco de otro consejo de seguridad que se realizó en la ciudad de Cartagena, fue enviar dos batallones del Ejército al departamento de Arauca. Aproximadamente llegaron 600 soldados, pero la comunidad continúa preguntándose si solo basta con llevar Fuerza Pública al territorio o qué más medidas tomará el gobierno de Iván Duque, para garantizar los derechos humanos de todas las personas que habitan Arauca.
Quienes viven la guerra, imploran porque el Acuerdo de Paz se cumpla. Quienes tienen que cumplir con toque queda, arriesgar sus vidas, perder sus seres queridos en un conflicto armado que no les pertenece le gritan hoy al país: ¡Basta ya!
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