Berlín, 19 de enero de 2022.– Un médico sirio acusado de crímenes contra la humanidad se sienta desde este miércoles en el banquillo ante un tribunal de Fráncfort, en el centro de Alemania, país pionero en enjuiciar presuntos crímenes cometidos bajo el régimen del presidente Bachar Al Asad.
El proceso arrancó una semana después de que un exdirigente de los servicios secretos sirios fuera sentenciado a cadena perpetua por un juez de Coblenza (este), en el primer juicio internacional contra los responsables de la represión estatal contra el levantamiento en Siria
En base al principio de jurisdicción universal, la fiscalía acusa al médico ortopedista Alaa Musa, de 36 años, de haber torturado a por lo menos 18 detenidos entre 2011 y 2012 en el hospital militar de la ciudad siria de Homs y en los calabozos de los servicios secretos de la misma localidad,
Además, se le imputa un delito de asesinato y otros cuatro de lesiones graves; de acuerdo con la fiscalía, el médico, que rechaza todos los cargos, buscaba «demostrar su poder y al mismo tiempo reprimir la rebelión de una parte del pueblo sirio».
EL «MÉDICO TORTURADOR»
Según las víctimas de Musa, algunas de las cuales han obtenido entretanto el estatus de refugiados en Alemania y declararán contra él en el juicio, el facultativo se distinguía por su sadismo y por los tormentos de naturaleza sexual, hasta el punto de que recibió el sobrenombre de «médico torturador».
Parte de los hechos sucedieron en el hospital militar Mezzeh Nr. 601, conocido como «Matadero humano», donde fueron tomadas las imágenes filtradas por el fotógrafo militar sirio conocido como «Caesar», que tras desertar sacó a la luz fotografías que muestran miles de cadáveres con signos de tortura.
En 2015, el acusado obtuvo un visado para trasladarse a Alemania, donde comenzó a trabajar como médico en el estado federado de Hesse (centro), hasta que su identidad fue revelada por una investigación conjunta del semanario «Der Spiegel» y de la cadena catarí Al-Jazeera.
Fue detenido en 2020 y desde entonces se encuentra en prisión preventiva; antes de ello, según informaciones de diversos medios alemanes, se había puesto en contacto con las autoridades sirias para que le apoyaran para probar su inocencia e, incluso, que le ayudaran a salir del país.
En el intercambio de correos electrónicos con la embajada siria en Berlín, Musa se refirió a los miembros de la oposición siria como «subversivos contra la nación y la patria» y «cucarachas».
DEVOLVER LA DIGNIDAD A LAS VÍCTIMAS
De acuerdo con el Centro Europeo para los Derechos Humanos y Constitucionales (ECCHR), que representa a uno de los afectados, uno de los aspectos clave del proceso es que contribuirá a arrojar luz sobre el papel de la violencia sexualizada como medio de represión de la sociedad civil siria.
Que estos casos ya no sean tratados como «crímenes aislados» sino como un ataque «deliberado y de amplio alcance» contra la sociedad civil, y por ello crímenes contra la humanidad, es de gran relevancia, declaró a Efe Antonia Klein, asesora legal del ECCHR.
«El proceso es un paso importante de la justicia alemana para continuar lo que ha comenzado con el juicio de Coblenza,» agregó la letrada.
Por otro lado, Manuel Reiger, abogado de uno de los testigos al que Musa presuntamente sometió a quemaduras y que presenció cómo eran torturados otros detenidos, explicó en declaraciones a «Der Spiegel» que el juicio puede «devolver la dignidad a las víctimas».
«El régimen de Assad quería hacerles enmudecer y los procesos en Alemania ahora le dan la vuelta a la situación. Los afectados pueden hablar y son escuchados por la opinión pública mundial,» señaló.
Si el tribunal considera probadas las acusaciones, el médico se enfrenta a una condena de cadena perpetua, que podría ser dictada a partir de primavera, cuando finaliza el calendario de sesiones programado por el momento.
EFE