La Paz, 5 de febrero de 2022 – La comunidad iberoamericana se apresta a inaugurar el Instituto Iberoamericano de Lenguas Indígenas (IIALI), que será la «piedra angular» latinoamericana durante el decenio dedicado a estos idiomas por Naciones Unidas, ante la vulnerabilidad en que se encuentran muchos de ellos.
La iniciativa se pondrá en marcha el próximo 10 de febrero con una reunión de su Comité Intergubernamental en La Paz, explicó a Efe el coordinador del área de Educación con Equidad del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (Filac), el peruano Luis Enrique López-Hurtado.
La creación del instituto se decidió en una Cumbre Iberoamericana celebrada en 2006 y doce años después esa misma instancia la ratificó, encargando al Filac, la Secretaría General Iberoamericana (Segib) y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) que avancen para que sea una realidad, indicó López-Hurtado.
Una acción motivada a su vez por la decisión de Naciones Unidas de declarar el 2019 como el Año Internacional de las Lenguas Indígenas y luego ampliar su alcance al decenio 2022-2032, señaló.
López-Hurtado destacó esta «iniciativa fundamental» asumida por América Latina, que se convertirá en la «primera región del mundo» en contar con un instituto de lenguas indígenas para todos sus Estados.
«Este instituto se está convirtiendo en la piedra angular del decenio internacional de las lenguas indígenas en América Latina», remarcó.
LA VULNERABILIDAD
La iniciativa, según el peruano, surgió a raíz de la situación delicada por la que atraviesan casi todas las lenguas indígenas habladas en América Latina y el Caribe.
«Estamos hablando de 657 lenguas habladas por 826 pueblos indígenas desde el sur de la frontera de Estados Unidos hasta la Patagonia y desafortunadamente por diversos factores están todas en condición de vulnerabilidad, unas más que otras, en unos países más que en otros», precisó.
A juicio del especialista en educación intercultural bilingüe, dos factores incidieron en este «silenciamiento» de las lenguas indígenas, uno de ellos es que «producto del racismo, la discriminación y la opresión cultural», muchas familias optan por interrumpir la transmisión intergeneracional natural de estos idiomas.
A causa de esto, las «lenguas se van erosionando, debilitando y silenciando» y un ejemplo es lo que ocurre en Bolivia, donde Potosí es el único de los nueve departamentos donde los niños aprenden todavía a hablar quechua en un 55 % y en otras regiones «la población ya decidió criar a sus hijos en castellano», explicó.
Un segundo factor es que los Estados latinoamericanos no están haciendo «esfuerzos suficientes», ni están invirtiendo recursos, «ni menos formando recursos humanos para atender esta emergencia lingüística», lamentó.
«Sí se dan normas, se cambia la Constitución y las leyes, a veces hasta se crean instituciones, pero esta retórica no llega a plasmarse en una práctica social o institucional clara y concreta y, por ejemplo, lo podemos ver en toda América Latina que el Estado» y otras entidades «siguen hablando en castellano», señaló.
Esto incide en el comportamiento de la población, pues hace que, por ejemplo, muchos padres indígenas se cuestionen si vale la pena que sus hijos aprendan la lengua nativa si no la podrán usar fuera de sus familias o comunidades, agregó.
Lóper-Hurtado destacó que «las lenguas indígenas son repositorios de conocimientos, filosofías, valores, prácticas culturales útiles para la humanidad y que están en riesgo de perderse porque estas lenguas son eminentemente orales y sus conocimientos, sabidurías y filosofías no han sido suficientemente escritas.
EL INSTITUTO
Ante esto, el IIALI buscará apoyar con medidas concretas a las familias, comunidades y Estados para que «desde abajo y desde arriba se contribuya a revertir esta situación».
Para lograrlo, el instituto actuará desde diversos ámbitos, como la concienciación mediante campañas comunicacionales sobre «la valía de la diversidad cultural y lingüística» y la asistencia a los Estados en la puesta en marcha de estrategias para revitalizar las lenguas en distintos ámbitos como la justicia, salud y educación, entre otras.
También se apostará por un trabajo con los jóvenes indígenas para que recuperen sus lenguas, las promuevan y las sigan hablando, «pero también que las disfruten, las gocen a través de la poesía, la literatura, el cine, del video, la televisión, la música», explicó López-Hurtado.
Otro ámbito de acción será la puesta en marcha de un laboratorio para analizar la situación actual de las lenguas, cómo parte el instituto y su evolución «para detener el proceso actual de pérdida», agregó.
Por ahora México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Paraguay dieron su apoyo político a la creación del instituto.
De ellos, Colombia, Bolivia y México han aportado recursos económicos a la iniciativa, por lo que inicialmente estos tres países conformarán el Comité Intergubernamental cuya primera misión será elegir la sede del instituto.
Gina Baldivieso
EFE