Arras (Francia), 21 de abril de 2022.- La candidata ultraderechista a la presidencia francesa, Marine Le Pen, prometió hoy ser «la presidenta del poder adquisitivo» en el último mitin de campaña para las presidenciales francesas del próximo domingo, en un discurso en el que contrapuso su programa, marcado por muchas medidas nacionalistas, a la «globalización» preconizada por el otro candidato, el actual presidente Emmanuel Macron.
«Pueblo de Francia: ha llegado la hora de levantarte y de unirte contra la oligarquía que tiene como únicas religiones el mundialismo, la guerra incesante de todos contra todos, los sacrificios sociales y el reino exclusivo de la mano invisible de los mercados sin rostro, sin alma y sin fronteras», proclamó la candidata ultraderechista ante unos 4.000 seguidores en Arras (norte de Francia).
En un discurso de casi 45 minutos en el que en ciertos momentos su voz daba signos de agotamiento, Le Pen no quiso pasar de largo por el debate televisivo de anoche con su contrincante, al que criticó por la actitud a su juicio altanera que adoptó en ese duelo.
«Vimos a un Emmanuel Macron condescendiente y con una arrogancia sin límites», señaló en medio de los gritos de «¡vamos a ganar!» y «¡Marine presidenta!».
Se refería así al nervio que puso el actual presidente en ese debate para desmontar los principales puntos del programa electoral de Le Pen, sin darle apenas pie a ella para cuestionar los cinco años de mandato que ahora terminan.
Según la líder de la ultraderecha francesa, esa actitud fue «una confirmación de la personalidad de Emmanuel Macron (…) al que no le gustan los franceses, y en particular los que no están de acuerdo con su política porque la sufren cotidianamente».
Unas frases que tuvieron mucho eco entre los asistentes a este mitin de Arras, una ciudad de la región de Hauts de France, fronteriza con Bélgica, de pasado industrial y minero y con una amplia tradición obrera que en la primera vuelta de las presidenciales el pasado día 10 puso claramente en cabeza a la candidata ultraderechista.
EFE