Madrid, 28 junio de 2022.- El presidente electo de Colombia, el izquierdista Gustavo Petro, anuncia que la reforma tributaria tiene que ser «este año», y no recaerá sobre el bolsillo del «pueblo», sino sobre las capas «privilegiadas».
En una entrevista que publica este martes el periódico español El País, argumenta que «las reformas se hacen el primer año (de gobierno) o no se hacen».
Preguntado por si abrirá un diálogo con el «gran capital» empresarial y financiero, responde que de eso trata «el gran acuerdo nacional».
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«El gran capital que afecte al medio ambiente, como la economía fósil o la extracción de hidrocarburos, no tiene futuro con nosotros. Lo tendrá si se asocia con el campesinado y paga impuestos», explica.
Petro, que tomará posesión el 7 de agosto, recuerda sus objetivos: paz, justicia social y justicia ambiental. Pero si fracasa, «las tinieblas arrasarán con todo”, pues augura una «reacción». Y añade: «Hay círculos organizándose alrededor del fascismo».
Y sobre sus decisiones urgentes, se muestra preocupado por el hambre y la pobreza.
Petro se propone construir un clima político «diferente» hablando con otros líderes (cita al derechista Álvaro Uribe y al populista Rodolfo Hernández).
«No vamos a construir un gobierno que persiga a la oposición. Nosotros hemos sido víctimas de eso. El sistema de inteligencia no se va a dirigir hacia la oposición -precisa-, sino hacia la corrupción».
Sobre resistencias a su proyecto en las Fuerzas Armadas, indica que hay corrientes de «extrema derecha» que «hay que eliminar», dice que su ejecutivo llevará a la fuerza pública «a un mayor fortalecimiento democrático» y lo que hay que desarrollar es «un ejército que obedezca la Constitución».
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Justifica el nombramiento de conservador Álvaro Durán como canciller: «Hizo la Constitución de 1991 y ha sido desde hace muchos años un constructor de la paz, tanto con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) como el ELN (Ejército Nacional de Liberación)».
«Y la paz en Colombia necesita de ayuda mundial, porque hoy tiene que ver con la crisis climática y con el narcotráfico», agrega Petro.
«El Gobierno tiene una labor que hacer para lograr el desmantelamiento pacífico del narcotráfico», comenta.
¿Y qué papel quiere dar a la Iglesia católica en esa construcción de la paz? «De mediador», responde.
Sobre Venezuela, dice: «Le iría mejor si su pueblo dialoga entre sí, en toda su pluralidad, y si son ellos los que toman sus decisiones sobre las elecciones y sus mecanismos. Nosotros lo que tenemos es que ayudar».
Preguntado por su pasado guerrillero y si se equivocó, contesta que ‘no’: «Digamos que nosotros nos levantamos en armas contra una tiranía y el producto de eso es -argumenta- la Constitución del 91, que hicimos nosotros y otros. Y yo soy el Gobierno de la Constitución del 91».
EFE