Tokio, 1 de julio de 2022.- El gobierno japonés manifestó hoy descontento por la amenaza de Rusia de expropiar el proyecto energético Sajalín-2, de donde procede la mayoría de sus importaciones rusas de gas natural licuado, y dijo que la está «analizando minuciosamente».
«Los derechos e intereses sobre los recursos no deberían verse comprometidos», dijo este viernes el viceportavoz del Gobierno nipón Seiji Kihara sobre el decreto suscrito en la víspera por el presidente ruso, Vladímir Putin, que determina el nombramiento de un nuevo operador en sustitución del consorcio Sakhalin Energy.
Sakhalin Energy, que gestiona el proyecto gasístico y petrolero, está constituido por la empresa rusa Gazprom (50 %), la británica Shell (27,5 %), y las japonesas Mitsui (12,5 %) y Mitsubishi (10 %).
Shell ya ha declarado su intención de salir del proyecto a raíz de la guerra iniciada por Rusia en Ucrania y las sanciones impuestas a Moscú, pero Japón ha reiterado su intención de permanecer en el consorcio por razones de seguridad energética, dada su alta dependencia de las importaciones a falta de recursos propios.
En virtud del decreto ruso, «toda la propiedad del proyecto pasará a ser de la Federación Rusa», que designará a una sociedad de responsabilidad limitada nacional como nuevo operador, según informó el diario local Kommersant.
Bajo la reestructuración, los accionistas extranjeros de Sajalín-2 recibirán las acciones que les correspondan si notifican al Gobierno ruso en el plazo de un mes su deseo de permanecer en el proyecto.
Si se niegan a aceptar las nuevas condiciones, el gobierno venderá sus participaciones en un plazo de cuatro meses «y el dinero de la venta será congelado en la Federación Rusa en una cuenta de tipo C».
Kihara evitó hacer más comentarios mientras estudian «minuciosamente lo concerniente a los derechos e intereses de las empresas japonesas en Sajalín-2 y la influencia en las importaciones de GNL».
Las importaciones japonesas de gas natural licuado (GNL) de Rusia supusieron el 8,8 % del total en 2021, la inmensa mayoría (en torno al 8 %) procedentes del proyecto Sajalín-2, según datos del Ministerio de Economía, Comercio e Industria.
«Las autoridades rusas han decidido resolver radicalmente el problema de los accionistas extranjeros del proyecto Sajalín-2», reza el artículo Kommersant, que calificó el movimiento como «una prueba de lealtad a la jurisdicción rusa» de sus inversores.
EFE