Puerto Príncipe, 26 de septiembre de 2022. La capital de Haití y otras localidades se paralizaron este lunes en el inicio de tres días de huelga por el reciente aumento del precio de los combustibles en medio de la acuciante crisis sociopolítica y económica, a la que se suma la sangrienta guerra de bandas armadas.
La ciudad respondió a la convocatoria de una huelga de tres días realizada por los sindicatos del transporte público para obligar al primer ministro, Ariel Henry, a dar marcha atrás a la decisión de aumentar el precio de los combustibles.
PARALIZACIÓN DE ACTIVIDADES
Tras una semana de tímida reanudación de las actividades luego de las últimas protestas, el área metropolitana de Puerto Príncipe despertó hoy paralizada.
Las empresas públicas y privadas, así como los bancos comerciales mantienen sus puertas cerradas, mientras que el transporte público es totalmente nulo.
Decenas de personas tuvieron que recorren kilómetros y kilómetros para conseguir productos de primera necesidad y agua potable.
LA SITUACIÓN SE REPLICA EN EL INTERIOR
Esta situación es similar a la que se da en las grandes ciudades del interior, algunas de las cuales llevan días con barricadas después de que las autoridades policiales se esforzaran en retirarlas de las calles para facilitar la reanudación de las actividades.
En ciudades como Les Cayes y Gonaïves se han anunciado manifestaciones este lunes para exigir la salida de Henry, la máxima autoridad en el país tras el asesinato del presidente Jovenel Moise en julio del año pasado.
ESCASEZ DE COMBUSTIBLES
Una semana después de que Henry prometiera en su segundo discurso a la nación en septiembre que el combustible estaría disponible en los surtidores, la realidad es muy diferente.
Las estaciones no tienen combustibles, perpetuando la escasez de más de tres meses, lo que hace que los precios de todos los productos de primera necesidad suban en el mercado local.
Algunos productos han duplicado su valor, encareciendo aún más la vida en un país donde 4,9 millones de personas necesitan ayuda humanitaria.
«Compré un galón de combustible a 3.000 gourdes (unos 25 dólares). Esto no nos favorece», dijo a Efe un motorista en la zona de Carrefour.
Los transportistas han tenido, incluso, que duplicar el coste del servicio para seguir operando, explicó.
Según medios de comunicación locales, en zonas remotas un galón de combustible puede venderse hasta en 5.000 gourdes (42 dólares), lo que ha disparado el comercio informal del producto.
En tanto, el acceso a la terminal donde se almacenan los combustibles está bloqueado desde hace varios días por la banda armada liderada por el expolicía Jimmy Cherisier, alias Barbecue, uno de los criminales más temidos de Haití.
Inmerso desde hace años en una crisis sociopolítica y económica, Haití vio agravarse aún más su situación tras el magnicidio en julio del pasado año del entonces presidente, Jovenel Moise.
A ello se suma la batalla que libran las bandas armadas en Puerto Príncipe y sus alrededores, que ha causado ya la muerte de al menos 300 personas y la huida de la zona capitalina de unas 3.000.
En su intervención la semana pasada en la 77ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el canciller de Haití, Jean Victor Généus, señaló que la situación en el empobrecido país «ha alcanzado proporciones preocupantes», por lo que reiteró el llamado a la comunidad internacional para que ayude a esta nación.
EFE