Colombia, 1 de octubre de 2022- Trece personas mayores de Antioquia, Cauca, Valle del Cauca, Putumayo, entre otros departamentos, acudieron a la cita que el Departamento de Enfoques Diferenciales (DED) de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) les hizo para hablar de sus experiencias de vida, de su participación en la justicia especial y de cómo se desarrolla su proceso de envejecimiento al pertenecer a poblaciones étnicas y diferenciadas.
El Jardín Botánico de la Universidad Tecnológica de Pereira fue el escenario donde el pasado 23 de septiembre estas mujeres y hombres mayores se encontraron para abrazarse, reír, enseñar y compartir sus saberes, los mismos que han cultivado durante años y que han venido transmitiendo a sus hijos y nietos, los mismos saberes e historias que aseguran “corren peligro de extinguirse».
“Hay pedazos de la historia que las instituciones las han borrado y en los colegios y escuelas no las enseñan, las han borrado. Por eso nosotros tenemos que trabajar para dejar esos legados, por reconstruir y construir espacios donde esté presente nuestra historia, todo lo que nos pasó y así la comunidad comprenda que esas cosas no pueden volver a suceder. Sin la comprensión de nuestra historia, de nuestros dolores, amarguras y sufrimientos no habrá paz», dijo Guillermo, un campesino antioqueño que desde hace más de 30 años habita en zona rural de Pereira donde, junto a su familia, ha conformado la corporación ‘Surcos Comunitarios’.
Por su parte, Andrea es una mujer trans del pueblo Wayúu, nativo de La Guajira, pero que por ocasión del conflicto armado y las violaciones de los derechos humanos a las que fue sometida, se desplazó a otros territorios, e incluso por un tiempo estuvo fuera de Colombia. Ella compartió su dolor, pero también contó cómo ha logrado surgir y como el encontrarse con las demás personas mayores le ha servido para sanar. Habló de la importancia de cómo las mujeres deben buscar espacios que le permitan asegurar un futuro y una vejez digna y de cómo le gustaría que sus victimarios pudieran repararles.
“Definitivamente el Estado y muchas de sus entidades saben cómo extraer los recursos de las personas vulnerables, de las comunidades étnicas. Me gustaría mucho que quienes tanto daño nos ha hecho pudieran construir escuelas, escenarios deportivos, teatros, bibliotecas, centros de salud, algo que nos enseñe, que nos dé beneficios en nuestras comunidades», expresó.
Desde Puerto Guzmán (Putumayo) también llegó una persona mayor afrodescendiente quien expresó: “A los adultos mayores nos miran como si fuéramos estorbos, aun cuando hemos sido quienes hemos luchado y aportado al desarrollo de este país. Quisiera que entendieran que no somos personas desechables y que merecemos oportunidades en nuestros territorios».
Ana Yensis Ibarguen, enlace étnica de Enfoques Diferenciales, y María del Pilar Zuluaga, profesional del Enfoque de Personas Mayores, dirigieron la actividad de la rayuela (golosa) a través de la cual dieron un contexto sobre los macrocasos abiertos en la JEP y sobre cómo las personas mayores pueden seguir participando con la Jurisdicción Especial para la Paz.
Eliana Antonio, jefa del Departamento de Enfoques Diferenciales de la JEP, escuchó algunas peticiones de los participantes, entre ellas, el deseo de realizar nuevos encuentros en los que esperan intercambiar semillas nativas y el deseo de que nuevas personas mayores se vinculen a estos espacios.
Antonio presentó sus respetos a los participantes del encuentro y dijo que la JEP seguirá facilitando nuevos espacios e instrumentos amigables con las personas mayores y que seguirán sumando esfuerzos en la búsqueda de más aliados estratégicos que apoyen para continuar comprometidos con la población mayor víctima del conflicto armado.
Las personas mayores fueron reiterativas en sus agradecimientos a la JEP por abrirles este tipo de espacios, pues coinciden en que han sido escuchadas y se sienten representadas. En el encuentro también tuvieron la oportunidad exponer sus telares bordados, sus artesanías, productos nativos y creaciones.
