París, 31 de octubre de 2022.- La Agrupación Nacional (RN), el partido de la líder ultraderechista francesa Marine Le Pen, repitió este lunes la operación de hace una semana al anunciar su apoyo a la moción de censura de La Francia Insumisa (LFI), en una estrategia para crear discordia entre ese partido y el resto de la izquierda.
El diputado de RN, Sébastien Chenu, fue el encargado de avanzar que sus 89 representantes en la Asamblea Nacional tenían intención de votar «cualquier moción» que se presente «en términos aceptables» con el objetivo de que el Gobierno tenga que corregir «en interés de Francia y de los franceses».
Chenu abrió el debate de las dos mociones de censura que se debatían esta tarde, una presentada por el partido ultraderechista y la otra por LFI, que a diferencia de la primera, que formalizó hace una semana, esta vez no contaba con la firma de los otros grupos de la coalición de izquierda NUPES, los ecologistas, los socialistas y los comunistas.
Estas dos mociones de censura, sin ninguna posibilidad de prosperar, son consecuencia de la activación por parte del Ejecutivo de la primera ministra, Élisabeth Borne, del artículo 49.3 de la Constitución para aprobar sin someter al voto de la Asamblea Nacional el proyecto de presupuesto de la Seguridad Social para 2023.
Esa activación del 49.3 da la posibilidad a la oposición de formalizar mociones de censura que pueden hacer caer el Gobierno a condición de obtener el apoyo de al menos 289 diputados, es decir, la mitad más uno de los miembros de la Cámara baja.
Eso resulta imposible mientras los conservadores de Los Republicanos, que están en la oposición, se nieguen a derrocar al Gobierno, que es la posición que mantienen.
En representación de LFI, la diputada Clémence Guetté, criticó el uso de ese artículo constitucional, que calificó de «herramienta brutal» y, dirigiéndose a Borne, le dijo que eso «prueba su aislamiento» y el hecho de que está en «minoría» en el Parlamento.
El líder socialista, Olivier Faure, también cargó contra la primera ministra por utilizar ese instrumento que permite evitar el voto y le reprochó que no hubiera buscado «compromisos útiles», como a su juicio le pidieron los franceses en las elecciones legislativas de junio en las que el bloque del presidente, Emmanuel Macron, perdió la mayoría absoluta.
Pero Faure dedicó una parte de su discurso a explicar que, aunque sí iban a votar la moción de censura de LFI, no la habían firmado porque no quieren que eso se convierta en algo banal, ya que hay riesgo de generar «un ruido del que solo sacará partido el antiparlamentarismo».
Y sobre todo, se esforzó en dejar claro que no votarán «nunca» una moción de la RN ni le pedirán sus votos «por todo lo que nos separa». «De nosotros -añadió el líder socialista en dirección de Le Pen- ustedes nunca conseguirán nada».
En esa misma línea se pronunciaron los ecologistas, que por boca del diputado Benjamin Lucas también avisaron de que «nunca» votarán una propuesta de la RN.
La primera ministra no quiso desaprovechar la brecha abierta en la NUPES para hacer hincapié en las convergencias entre la RN y LFI, y en las diferencias de estos últimos con sus socios parlamentarios.
A LFI, Borne le recriminó una estrategia de «confusión» en la que «el fin justifica los medios». Al mismo tiempo, lanzó elogios interesados a los socialistas y ecologistas, de los que destacó una actitud «responsable» por no firmar la moción de censura.
En paralelo, se defendió de no estar abierta al diálogo y señaló que el proyecto de presupuestos de la Seguridad Social que va a quedar adoptado gracias al 49.3 incorpora «más de 150 enmiendas» que se han adoptado durante el periodo de debate parlamentario, y que en parte fueron propuestas por la oposición.
EFE
