Santiago de Chile, 8 de noviembre de 2022.- Una docena de activistas de Greenpeace disfrazados de salmón se encerraron este martes en una jaula instalada frente al palacio presidencial La Moneda, en el centro de Santiago, para denunciar el avance de la industria salmonera en la Patagonia chilena.
Alrededor de la jaula, que imitaba a las enormes estructuras que usa la industria en el mar, cinco activistas vestidos de negro y naranja portaban pancartas con mensajes como «La invasión salmonera amenaza el hogar de las ballenas jorobadas» o «Patagonia sin salmoneras».
«Las jaulas salmoneras, en la realidad, tienen el tamaño de una cancha de fútbol en la superficie y, hacia abajo, en el mar, pueden llegar incluso a medir como un edificio de 15 pisos», explicó a EFE Silvana Espinosa, vocera de Greenpeace.
La industria del salmón, agregó Espinosa, «ha contaminado nuestras aguas, ha devastado fiordos marinos y ha provocado escapes de salmones, que arrasan con otras especies y están generando un enorme desequilibrio en los ecosistemas».
Chile es el segundo productor mundial de salmón, por detrás de Noruega, y la salmonicultura ocupa un lugar cada vez más relevante dentro de la matriz exportadora del país.
Según cifras del Banco Central, durante la última década el salmón casi duplicó su porcentaje sobre las exportaciones de bienes no cobre, pasando de un 6,9 % en 2010 a un 12,5 % en 2021 y alcanzando los 5.180 millones de dólares.
Desde hace algunos años, sin embargo, son muchas las voces que están denunciando el lado más oscuro de esta lucrativa industria y que están pidiendo sacar los centros salmoneros de las áreas protegidas de la Patagonia, donde existen una treintena de especies de cetáceos y el 50 % de las aves marinas registradas en Chile.
De acuerdo a Greenpeace, actualmente existen 132 concesiones aprobadas y 87 en trámite en la Región de Magallanes, la más austral del país.
De ese total, la Reserva Nacional Kawésqar, una zona protegida de una vasta riqueza medioambiental a más de 2.000 kilómetros al sur de la capital, alberga 67 concesiones otorgadas y 66 en trámite.
«No lo podemos permitir, tenemos el deber de proteger esta zona, que es un lugar de especies como las ballenas jorobadas que llegan año a año juntos a sus crías para buscar refugio y alimento», apuntó la vocera.
«Instalar una salmonera en una reserva es tan ridículo como instalar una salmonera en el centro de Santiago»,rezaba otro cartel desplegado por los activistas frente a La Moneda.
La ONG internacional presentó además la campaña Nomassalmoneras.cl e hizo un llamado a la ciudadanía a entrar en la web y firmar la petición para frenar el avance de la industria.
«Entre los años 2010 y 2020 hubo una moratoria que prohibía la aprobación de nuevos proyectos de salmonicultura en las regiones de Los Lagos y Aysén (cercas a Magallabes). Sin embargo, la producción creció en más de 100.000 toneladas en ambas», denunció Espinosa.
La intervención de Greenpeace en Chile tiene lugar en medio de la Conferencia de Naciones Unidas por el Cambio Climático (COP27), que se celebra hasta el 18 de noviembre en Egipto.
EFE