Según informa la agencia de noticias ANSA, Martín Vizcarra asumió el 23 de marzo como nuevo presidente de Perú luego de la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, y una de sus banderas políticas es ponerle fin al “odio político”.
«La justicia deberá actuar con independencia, responsabilidad y celeridad, pero al mismo tiempo lo que ha sucedido debe marcar el punto final de una política de odio y confrontación, que no ha hecho otra cosa que perjudicar al país», dijo Vizcarra ante el pleno del congreso.
El mandatario con ánimos de reconciliación sostuvo que lo que ocurrió con su antecesor deberá esclarecerse y recordó a los partidos que la nación estaba por encima de los reclamos y la rivalidad diciendo «Este punto final es el punto de partida de una nueva etapa, de refundación institucional del país, en que la democracia y el respeto por el prójimo sean banderas, dejando de lado los intereses y apetitos personales y priorizando el bienestar de todos».
Vizcarra que llegó de Canadá donde ejercía como embajador, reconoció que haber llegado al poder en un momento de inestabilidad y zozobra institucional, sin embargo el mandatario sostiene que es la justicia la que deberá actuar frente a los hechos sin él tomar partido alguno.