Bogotá, 8 marzo de 2023.- Una marea verde y violeta de centenares mujeres «a(r)madas» marcharon este miércoles en Colombia para seguir con su «revolución feminista» y recordarle al país y al mundo que aún queda mucho trecho por recorrer, muchos derechos por conquistar y mucha justicia por obtener.
Entre gritos de «si tocan a una nos tocan a todas», la concentración de Bogotá, la más multitudinaria, mostró desde temprano en la tarde el músculo feminista de unas mujeres que este año, además de reivindicar, celebraron.
Hace poco más de un año, Colombia se convirtió en referente en derechos sexuales y reproductivos en la región al despenalizar el aborto hasta la semana 24.
Y hoy se notó. Las calles se impregnaron de una alegría por saberse victoriosas en una de las batallas más arduas que las feministas han peleado en el país, aunque sin perder de vista las conquistas que están por venir.
Entre ellas, «un mundo de trabajo con mayor igualdad, con menos brechas tanto de salario, ya que estamos hablando de alrededor del 24 % de mujeres que siguen percibiendo un menor ingreso», reivindicó a EFE Andrea García, coordinadora del departamento de igualdad de oportunidades de UNI América, la oficina regional del sindicato Global UNI.
Por eso, las mujeres sindicalistas marcharon en las calles para pedir «espacios de trabajo que sean libres de acoso, libres de violencia, libres de discriminación».
La creatividad tampoco faltó en la marcha y se plasmó en pancartas como: «Se te pone bien grande cuando acosas, pero bien chiquita cuando te acusan» o «les molesta el trancón -atasco- pero no la violación».
FEMINISMO INTERGENERACIONAL
Cada 20 minutos en Colombia una mujer o niña denuncia delitos sexuales, recordaron las mujeres colombianas en la marcha, por eso la principal reivindicación se resumía una palabra: justicia.
Las jóvenes pusieron los gritos, pero las mujeres más mayores reivindicaron que la lucha por la igualdad no sólo pertenece a una generación, sino que se trata una lucha transversal. Gladys, de 80 años, asistió por primera vez a una marcha feminista junto a su grupo de teatro femenino, con el que representó una pequeña obra denunciando los malos tratos contra las mujeres.
«Hay hombres que maltratan a las mujeres porque se les da la gana (…), quieren hacerle daño a la mujer. A mí esto me produce un dolor muy grande en el alma, tenemos que unirnos todos» para luchar contra eso, agregó Gladys a EFE, quien a sus 80 años no dudó en decorar su cara con los colores feministas.
Otro de los casos presentes del feminismo intergeneracional es el de Luisa y Luisa, madre e hija, que este año asistieron a su tercera marcha juntas.
«Al inicio mi mamá vino porque le daba miedo que viniera sola, pero quedó muy conmovida y acá sigue en la lucha porque estamos cansadas de salir con miedo, ella está cansada de tener miedo todo el tiempo de que no lleguemos», explicó la hija. «Cansadas de que un día sea yo la que no vuelva a la casa», añadió Luisa mirando a su madre.
A las mujeres «nos han dado muy duro a lo largo de la historia, sobretodo en el campo laboral», lamentó, por su parte, la madre, algo que le genera «inconformidad». Y aunque había otras mujeres de su edad en la marcha, cree que entre sus contemporáneas «todavía hay mucho tabú» y están «acostumbradas al machismo».
Ambas coinciden: hoy hubo el doble de mujeres que en las marchas de hace tres años, en 2021.
Diferentes generaciones pero las mismas reivindicaciones se encontraron este Día de la Mujer en Bogotá y seguirán encontrándose para lograr su «revolución feminista».
Laia Mataix Gómez
EFE
