Bogotá, 26 jun – El presidente colombiano, Gustavo Petro, condecoró este lunes a 86 personas, militares, indígenas y representantes institucionales, que hicieron parte de la «Operación esperanza», que dio con el rescate de los cuatro niños indígenas perdidos durante 40 días en la selva colombiana, tras un accidente aéreo.
«Más allá de las medallas que aquí se han entregado hoy, la gran recompensa se llama vida», afirmó el presidente, que por tandas fue poniendo una a una las condecoraciones a los rescatistas.
El presidente aseguró que ha sido la unión de las «fuerzas institucionales» y militares, mezcladas «con la espiritualidad indígena» la que ha conseguido el mayor de los éxitos en la búsqueda, «la vida», el encontrar a los cuatro menores.
Y pidió que esta unión se extienda a toda la nación «sin ningún tipo de exclusiones, con un objetivo común: buscar y preservar la vida».
UNIÓN MILITAR-INDÍGENA
El presidente junto al ministro de Defensa, Iván Velásquez, y la cúpula militar, entregaron las medallas a las 86 personas que hicieron parte de la Operación esperanza que hicieron el «milagro» de encontrar el pasado 9 de junio a los cuatro hermanos.
Además, el mandatario dio dos medallas a Drugia, la madre del perro Wilson, que continúa perdido después de participar en la búsqueda, al alejarse de la tropa «por el afán de buscar a los niños», según un video mostrado en el evento realizado este lunes en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño (sede presidencial).
Velásquez, en atención a medios, aseguró que más allá de las condecoraciones, lo que se quiere resaltar es el «acto» de compromiso que tuvieron las entidades y añadió que al final es un reconocimiento a toda la fuerza pública y comunidad indígena.
Asimismo, el ministro reconoció lo importante de la colaboración entre indígenas y fuerzas militares que trabajaron en conjunto con intercambio de saberes y conocimientos con un «resultado muy provechoso».
Petro recordó la charla con Fidencio Mucutuy, el abuelo de los niños desaparecidos, quien le dijo: «Petro, los espíritus de la selva hablan y me dicen que están con ellos y que algo hay que no les deja soltar, algo se mueve la selva que no permite devolverlos por parte de la selva a nosotros».
Esa fue la tesis de los indígenas desde que al encontrar la aeronave estrellada el 1 de mayo, dos semanas después, hallaron los tres cuerpos de los adultos que allí viajaban pero no el de los cuatro hermanos.
Los menores, que se recuperan en el Hospital Militar Central (HMC), son la niña de 13 años Lesly Mukutuy, quien se encargó de cuidar durante 40 días de sus hermanos Soleiny Mukutuy, de 9; Tien Noriel Ronoque Mukutuy, de 5 años, y Cristin Neruman Ranoque, una bebé que cumplió su primer año de vida en la selva amazónica ubicada entre los departamentos de Caquetá y Guaviare.
ACUERDO CON LA NATURALEZA
Otra de las reflexiones que le dejó este rescate a Petro fue poder reconciliar un «acuerdo con la naturaleza» que se rompió gracias a la excesiva búsqueda de petróleo que acaba con el medioambiente. «La ciencia occidental dice que si sacamos el petróleo de la tierra se acabó el ser humano, se extingue», aseveró.
Las tesis que ha dado la ciencia sobre el medioambiente ha sido motivo de burla para mucha gente, lo que Petro considera un insulto para la ciencia, ya que el «negacionismo que cae en el fascismo, que destruye la democracia, pierde el faro».
Los niños llevaban más de un mes perdidos en la densa y virgen selva ubicada cerca del Parque Nacional del Chiribiquete después de que el 1 de mayo un avión Cessna 206 operado por la compañía Avianline Charter´s, procedente del resguardo indígena de Araracuara, de donde era la familia, se estrellara en esta zona.