La Habana, 25 de julio del 2023 – El Gobierno cubano felicitó este martes al nuevo ministro chino de Exteriores, Wang Yi, quien regresó a su antiguo cargo en sustitución de Qin Gang, que llevaba un mes apartado de la escena pública.
En un mensaje de Twitter, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, subrayó que la isla reafirma su «voluntad de continuar implementando renovados consensos al más alto nivel» con el gigante asiático.
En ese mismo sentido, Rodríguez remarcó que Cuba buscará seguir «estrechando la concertación y apoyo mutuo en foros internacionales» con Pekín.
El Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP) aprobó, en una reunión inusual, la destitución de Qin y el regreso de Wang Yi como canciller, según recogió la agencia estatal Xinhua en un escueto comunicado.
La destitución de Qin se produce tras su vertiginoso ascenso el pasado diciembre, cuando su tono firme y agresivo fue premiado con la cancillería, dando inicio a meses de actividad frenética con la apertura del país tras el fin de la política del «cero covid».
Qin reemplazó a Wang Yi con una agenda internacional marcada por la guerra en Ucrania o la creciente rivalidad con Washington.
Su última aparición pública de altura tuvo lugar en junio, cuando se reunió en Pekín con el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, en un momento en el que ambas partes trataban de recuperar la comunicación para evitar mayores conflictos.
A sus 69 años, Wang vuelve al cargo que ya ostentó desde 2013 hasta el pasado 31 de diciembre tras sustituir a Qin en varias de las reuniones que se celebraron durante este último mes.
Cuba y China tienen una estrecha relación histórica y política, además de ser uno de sus principales socios comerciales.
El pasado mes, el Gobierno estadounidense aseguró que China tiene un centro de espionaje en la isla desde 2019, o incluso antes, y lo enmarcó en los esfuerzos del país asiático para ampliar sus servicios de inteligencia en el mundo.
Esta afirmación se realizó poco después de que el diario The Wall Street Journal publicara que China y Cuba habían llegado a un acuerdo para construir un gran centro de espionaje en la isla, algo que el Ejecutivo cubano negó categóricamente y que, en un principio, la Casa Blanca calificó como información «inexacta».
Estas afirmaciones han sido negadas rotundamente por La Habana y Pekín.
Cuba calificó las acusaciones de Washington como una «falsedad» y «una nueva operación de desinformación».
EFE