Últimas propiedades de Carlos Castaño pasaron al Fondo de Reparación de Víctimas

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Esta semana que termina, la Sala de Justicia y Paz de la Fiscalía decidió que las propiedades que usufructuaba Kenia Susana Gómez Toro, viuda del exjefe paramilitar Carlos Castaño, serán para reparar a las víctimas de las autodefensas.

Concluyó el ente acusador que esos inmuebles eran producto de las actividades ilícitas del comandante de las Auc, como extorsión, desplazamiento, compra de tierras a bajo costo y narcotráfico.

Un alto porcentaje de la finca Los Campanos, ubicada en el departamento de Córdoba, quedó en poder del Fondo de Reparación de Víctimas, así como un apartamento en el edificio Balcones de La Calera, en el barrio El Poblado, Medellín, comuna 14.

Así, según las autoridades, de las propiedades que tenía Carlos Castaño y de las que dejó a su esposa e hija ya no queda nada.

El apartamento tiene una extensión de 241,8 metros cuadrados y está avaluado en 489’213.000 pesos. Kenia, una exmodelo monteriana, quien vive en Estados Unidos con su hija Rosa María Castaño, señaló a las autoridades que ese inmueble lo había adquirido ella con sus ahorros y los más de 120 millones de pesos en regalos que le dieron en su fiesta de 15 años, los mismos que invirtió en ganado y por el que obtuvo excelentes dividendos.

En el año 2002, según la viuda de Castaño, producto de las crías tenía unas 350 reses. Añadió que la venta del libro Mi confesión, autobiografía de Carlos Castaño, le dejaba por concepto de regalías unos doce millones de pesos al año. Fue así como consiguió para comprar el apartamento sobre planos por un valor cercano a los 250 millones de pesos, dinero que pagó en tres cuotas.

Sus padres, según la investigación, dijeron a la Fiscalía que Kenia no tenía tiempo para los negocios, pues se dedicaba a cuidar exclusivamente a su hija Rosa María, quien sufre de una extraña enfermedad, situación que sirvió de argumento para que Estados Unidos le permitiera ingresar a ese país en octubre de 2004 para que la menor fuera tratada por galenos especialistas.

Tres parcelas de Los Campanos, avaluadas en cerca de 500 millones de pesos, también pasaron al Fondo para la reparación de víctimas. Muchas otras propiedades de Castaño quedaron en manos de testaferros y muy pocas llegaron a las víctimas.

Un detalle que llamó la atención de los investigadores es que el apartamento de El Poblado fue adquirido por Carlos Valencia Guisao, esposo de Liliana Sanín, y solo en 2005 pasó a ser propiedad de Kenia. La explicación que entregó a las autoridades es que la compra se hizo a través de un tercero por seguridad. Valencia Guisao resultó muerto en 2004 y a Sanín la hicieron ir a Montería al año siguiente a firmar las escrituras de ese apartamento.

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